Vitoria - Muchos son los frentes en los que intenta actuar siempre Músicos Sin Fronteras. Por desgracia, la realidad de cada día se empeña en demostrar que su aportación es imprescindible. Esa incansable labor se está materializando, por ejemplo, en el Banco de Instrumentos que la entidad creó hace dos años junto a la Escuela Luis Aramburu, un proyecto nacido en Gasteiz pero que sumó aportaciones de centros educativos, empresas y particulares de diferentes puntos de dentro y fuera del País Vasco. Hace más o menos un año, la comitiva que salió desde la capital alavesa con todo lo conseguido inició un periplo hasta Rojava (en el Kurdistán sirio), que no fue nada sencillo, entre otras cosas porque en la frontera con Siria hubo que enfrentarse a pagos no habituales, por decirlo de manera fina. Con todo, después de mucho esperar, los materiales llegaron a su destino, donde está siendo utilizado por niños y jóvenes de la zona para poder sustituir la guerra por la música, el conflicto por la cultura, que, al fin y al cabo, es el gran objetivo de esta apuesta llevada a cabo junto al músico Gani Mirzo.
Toda esa aventura, que en realidad no ha hecho más que empezar puesto que los frutos de la apuesta se verán a medio y largo plazo, fue registrada para realizar un documental que ya está disponible. De hecho, según apuntó ayer Jesús María Alegría Urtiaga Pinttu, presidente de la organización, está previsto que la película inicie ahora su periplo por todos los festivales de derechos humanos que sea posible, sin descartar proyecciones especiales como la que se espera poder hacer en Vitoria más pronto que tarde.
Con todo, Músicos Sin Fronteras está inmerso también en otro proyecto a desarrollar en Irak con la idea de crear una academia de música y psicoterapia como medios de inserción y recuperación de aquellas mujeres que han sido torturadas y esclavizadas por parte del ISIS, un centro de Personas Iguales que sirva para completar el trabajo que ya se realiza en otro espacio gemelo ubicado dentro del campo de refugiados yazidis de Dubhok.
Con todo, Pinttu abogó por invitar a las instituciones locales a implicarse de la manera que crean conveniente en esta nueva aventura, así como al público en general para que apoye esta causa en particular y el resto que lleva la ONG en general. - C.G.