París - Chanel transformó ayer el Grand Palais de París, que amaneció cubierto por la nieve, en una villa italiana, donde por la mañana presentó su colección primaveral de Alta Costura sin la presencia del diseñador, Karl Lagerfeld.
El creativo alemán (1933), al frente de la marca desde 1983, dejó en manos de su número dos, Virginie Viard, el saludo final al cierre del primer desfile de la mañana, un gesto nunca visto hasta ahora. Tras esto, el equipo de la firma se apresuró a explicar que Lagerfeld había preferido reservarse para la segunda muestra de horas más tarde, a la que la marca recurre para ser capaz de acoger a sus cientos de invitados. En cualquier caso y por un momento, el rostro de los asistentes mostró la inquietud por la ausencia del Kaiser -como lo llaman en Alemania-. Sus apariciones durante las últimas presentaciones se han vuelto cada vez más escuetas y en el anterior desfile saludó también acompañado por Viard, una acción que se aprecia como el preaviso de la sucesión al trono de la firma más representativa de París.
El escenario sorprendió al reproducir una villa italiana, cuyo jardín servía de pasarela a modelos que desfilaron al ritmo de Parole, Parole, el éxito setentero de Mina y Alberto Lupo; o el tema principal de la película de Ettore Scola para Dramma delle Gelosia (1970), con Marcello Mastroianni y Monica Vitti en los papeles principales.
maría antonieta Chanel apostó por una silueta alargada, con faldas lápiz hasta los tobillos y acampanadas en el bajo, para su colección primavera-verano 2019 Alta Costura, donde muestra el talento de sus costureras y la capacidad de innovación artística de la casa en propuestas reservadas a las clientas más pudientes. El famoso tweed de sus trajes se hila con tonos reflectantes en chaquetas rectas con cuellos barco y las faldas se abren en la parte delantera para facilitar el movimiento.
En una gama de pasteles y colores pop, como rosa chicle, verde menta, manzana además de los colores por excelencia de la maison, el blanco y el negro, las creaciones se amaneraron con la introducción de plumas que dieron a las modelos un aire a la reina María Antonieta, a lo que ayudó un moño exageradamente cardado a lo alto como peinado. Casualmente, la directora de cine Sofia Coppola, que dirigió en 2006 María Antonieta, la reina adolescente, se encontraba entre la invitadas, y vistió una chaqueta marinera, vaqueros y el zapato Slingback en negro, el clásico tacón destalonado, todo de Chanel. “Las plumas, el maquillaje, la ropa... ha sido como transportarse a otra era. Es gracioso, yo no tengo nada que ver, pero si qué pensé en ella cuando vi el vestido rosa del final”, dijo la directora a la prensa, a la que explicó que empezará a trabajar en un rodaje en Nueva York en primavera. Ese aire barroco de telas bordadas, guipur, mangas de globo y faldas con miriñaque dejó paso a siluetas más fluidas, con vestidos blancos de muselina y encaje, como las enaguas femeninas del siglo XIX. La casa presentó además algunos diseños más juveniles y rockeros con faldas de piel y chaquetas de pelo y reinvenciones del clásico minivestido negro con tirantes finos y escote recto.
En los accesorios, las mismas flores que decoraron los vestidos se convirtieron en broches para el pelo y pendientes de pluma y brillantes. Destacó en los zapatos un único modelo, un botín destalonado de tacón fino y alto presentado en satén negro, rosa, blanco o verde, a juego con las prendas. La presentación de colecciones primavera-verano 2019 de la Alta Costura, que arrancó el lunes y concluye mañana, continuó por la tarde de la mano de Julien Fournié y Alexandre Vauthier, y hoy con Elie Saab y Jean-Paul Gaultier.