barcelona - El filósofo, pensador y crítico literario argentino Dardo Scavino, flamante ganador del 46 Premio Anagrama de Ensayo con El sueño de los mártires, considera que el problema del yihadismo islámico requiere de una “solución política”, pues “una respuesta militar agravará más la situación”.
Considera el autor que, tras las dos guerras mundiales, el conflicto del yihadismo ha desencadenado “la primera guerra global, porque ya no es interestatal y su campo de batalla alcanza cualquier parte del mundo”.
En este teatro de operaciones, “un Estado ha declarado la guerra a una organización que no es estatal, sea Al Kaeda, Dáesh o Isis, aunque éstos se autodenominen Estados”, y se ha producido, añade, una “situación singular, en la que EEUU se reserva un derecho de ataque en cualquier territorio nacional, sin pedir permiso a ese territorio, sea Pakistán o Siria”, entre lo “militar y policial”.
prisioneros en el limbo Constata Scavino el “limbo legal” que se ha creado con “un estatuto especial para los prisioneros, arrestados en cárceles clandestinas, a los que no se aplica la Convención de Ginebra por no ser considerados como combatientes extranjeros, ni la legislación criminal estadounidense, ya que no son contemplados como delincuentes, y por tanto, no tienen derecho a un abogado”.
En su análisis, el libro ganador del premio Anagrama comienza a principios de los 2000, cuando empezó el fenómeno y “muchos pensaron que eran agentes dormidos, como en la época comunista, pero luego se demostró que no era así, y los jóvenes yihadistas eran reclutados en pocos meses”.
En su exposición del fenómeno del terrorismo islamista, Scavino llega hasta los atentados de Barcelona de agosto de 2017 y no deja de analizar el papel de las redes sociales utilizadas para reclutar a nuevos adeptos, como sucedió en Francia con un yihadista cantante de rap. Por su parte, el origen se remonta al día siguiente del atentado de Atocha, tras constatar la reacción de un grupo de sus estudiantes musulmanes en relación con las explosiones en Madrid de marzo de 2004. “La causa del radicalismo es política y social y, en muchos casos, se ha podido comprobar que los reclutados desconocían los principios fundamentales del islam”, subraya. - Efe