Vitoria - No falla. Por octavo año consecutivo, el ciclo Los Clásicos de la Muralla llama a la puerta. Lo hará, en concreto, a partir del día 10, justo cuando acaben las fiestas de La Blanca y la agenda cultural de la capital alavesa se convierta, salvo honrosas excepciones, en un erial. De hecho, éste ha sido siempre uno de los grandes objetivos de la programación que durante agosto lleva a cabo el grupo de teatro Ortzai, que tanto el público local como quienes visitan la ciudad durante estas semanas tengan una propuesta escénica de la que disfrutar, siempre con el humor como vehículo. Hasta el 1 de septiembre, todos los días la cita será en la sede de la formación, situada en la calle Pintorería, a partir de las 20.00 horas (salvo el martes 14, que la representación arrancará a las 18.00 horas).
En esta ocasión, Ortzai afronta estas intensas semanas con el estreno de Sainville y Léonore, la primera adaptación al teatro que se hace de la novela Historia de Sainville y Léonore, escrita por el Marqués de Sade entre 1785 y 1788. “La verdad es que hacer esta versión ha sido un proceso complicado y complejo, pero el resultado merece mucho la pena”, apunta Iker Ortiz de Zárate, fundador de la compañía, quien se ha encargado también de llevar la creación del autor francés a las tablas, así como de dirigir un montaje en el que, además, actúa.
Lo hace junto a un amplio reparto en el que toman parte Enare Martín, Patricia Carlos de Vergara, Teresa Ibáñez, Eric Ruiz de Loizaga, Paquita Quincoces, Silvia Martínez Tazo, Zuriñe Balantzategi, Eduardo Suso, Carlos Beltrán, Ander Camacho, Jon Haran Cañaveras y Patricia Sáez Romero. “Reunimos veteranía con gente muy joven que en nada va a seguir su camino en ciudades como Madrid y Barcelona”.
Todos ellos deberán afrontar un “trabajo físico y rítmico” en el que “la labor actoral está por encima de todo”. De hecho, varios de los intérpretes se introduce en la piel de más de un personaje al mismo tiempo. Así, relatará la historia de dos niños de familias acomodadas que se enamoran, aunque sus respectivos progenitores tienen planes diferentes. “Ellos huyen, van a la República de Venecia pensando que allí podrán tener un futuro juntos pero su destino se separa”. Al final, se trata de contar “un viaje, un aprendizaje” en el que el Marqués de Sade “hace un cuestionamiento de todos los estamentos del poder”, tratando cuestiones como “la defensa de la mujer” o “el amor por la tierra”, según Ortiz de Zárate, quien remarca que “es un clásico y, por lo tanto, es actual, muy actual”.
Así lo podrán descubrir quienes dentro de unos días quieran acompañar a Ortzai para compartir una obra “llena de humor, en la que también hay momentos muy emocionantes y algún toque erótico, muy gracioso. Es un montaje que, además de al público adulto, creo que a los espectadores jóvenes puede atraer mucho”. Con esta propuesta, además, el grupo de teatro -que en alguna ocasión anterior ya ha llevado al teatro textos del Marqués de Sade- cierra la trilogía que en 2014 comenzó con Cándido de Voltaire y que continuó en 2017 con Joseph Andrews de Henry Fielding, serie basada en tres libros filosóficos y de viajes del siglo XVIII, a través de los cuales sus autores exploran las inquietudes de su tiempo, “tan inquietantemente similares a las del nuestro”.