Esta semana se han cumplido 40 años del estreno de la película Fiebre del sábado noche, que lanzó a la fama a John Travolta, propulsó al estrellato y reconvirtió estilísticamente al trío Bee Gees, que copó las listas con su banda sonora, e impulsó el fenómeno de la Disco Music en contraposición a la insurgencia del punk. Universal reedita aquellas canciones míticas que siguen bailándose en el siglo XXI.

Bee Gees celebran con una edición especial el 40º aniversario del lanzamiento de la banda sonora de Saturday Night Fever, aquella película que añadió ritmo y color al pop folk barroco de maravillosas canciones de los australianos como To love somebody, Words o Massachussetts.

Dirigida por John Badham y protagonizada por John Travolta y Karen Lynn Gorney en los papeles principales, la película basaba su guion en un artículo publicado por la revista New York Magazine, titulado Ritos tribales del nuevo sábado en la noche.

Su autor reconoció con el tiempo que se había inventado a los personajes, a esa cuadrilla de jóvenes del área de Bay Ridge (del barrio neoyorquino de Brooklyn), de ascendencia italiana, comportamiento machista y escaso futuro que soñaban con la llegada del sábado noche para acudir a la discoteca 2001 Odyssey (existió realmente y le debe mucho a Kubrick), a darlo todo liderados por Tony Manero (le reportó una candidatura al Oscar a Travolta y le obligó a aprender a bailar y a perder casi 9 kilos) entre coreografías arropadas por luces estroboscópicas y bolas plateadas.

El éxito de taquilla conseguido por la película y por la banda sonora, que ha vendido ya más de 45 millones de copias, tuvo una consecuencia que lindó con lo sociológico y cultural, ya que cambió drásticamente el estilo de vida de parte de la juventud de la segunda mitad de los 70 y primeros 80, y propulsó la Música Disco (discoquetera) y, en parte, la manera de vestir, ya que puso de moda las plataformas, los pantalones de campana, las camisas coloristas de cuellos amplios, los cinturones horteras con hebillas enormes... “Hace 40 años, Saturday Night Fever se lanzó y el impacto que supuso fue, y sigue siendo hoy, inexplicable”, escribe Barry Gibb, único superviviente de Bee Gees, con motivo de esta edición ampliada, que además del doble disco con un CD extra con remixes de varios temas firmados por Serban Ghenea, puede adquirirse en una caja deluxe que incluye la propia película, contenido adicional, los vinilos, un libro de 23 páginas con notas de los participantes, impresiones, etc.

la música La banda sonora la compusieron y grabaron principalmente Bee Gees (seis de sus canciones más conocidas), y les sirvió para impulsar una carrera posterior con éxitos como Tragedy o su participación con Peter Frampton en la adaptación cinematográfica de Sgt. Pepper’s Lonely Heart Club Band. El trío logró que varias de aquellas canciones sigan bailándose hoy en cualquier fiesta de aires retro.

Bee Gees grabó una de cal y otra de arena. De clásicos de la pista como Stayin’ alive, con el ritmo de unas bases marcadas, el falsete de Maurice (también tocó el bajo) y arreglos orquestales, y Night fever, a baladas acarameladas como How deep is your love o More than a woman, también en versión adicional, más carnal, de Tavares. Además, suyas son Jive talkin’, con un identificable riff de sintetizador, You should be dancing y If I can’t have you, cantada por Yvonne Elliman.

El resto de la banda sonora, que logra un sonido uniforme a pesar de la disparidad de artistas al mantener el núcleo de músicos en bastantes canciones, incluye cortes bizarros como las adaptaciones disco de composiciones de Beethoven y Mussorgsky; incursiones de aire tropical; instrumentales cercanos al easy listening con participación del guitarrista Lee Ritenour y otros incuestionables pelotazos bailables de Kool & The Gang y K.C & The Sunshine Band como Open Sesame y Boogie shoes, respectivamente. Temas que logran que “la fiebre del sábado noche” perviva y que, como pedían Bee Gees, “este momento no termine” 40 años después.