Vitoria - A los 14 años comenzó a asistir al Magialdia. Al principio iba como congresista y compraba en la feria trucos y libros para ir aprendiendo el oficio. Más tarde empezó a tomar parte en el festival vitoriano, haciendo magia desde los escaparates, en las paradas del tranvía o la ruta por los bares. Hasta que a sus 28 años le han propuesto ser el encargado de realizar el número central de las jornadas del MagialdiAraba. Él es Imanol Ituiño, un aficionado a la magia que poco a poco ha hecho de ella su profesión y que desde hoy y hasta el 10 de septiembre acercará este arte a once municipios alaveses. “Me lo propusieron y cómo iba a decirles que no”, confiesa.
Su apuesta se llama Magia a tutiplén y es un espectáculo en castellano, euskera o bilingüe, para toda la familia y muy participativo. “Saco a mucha gente al escenario para que me ayuden a hacer los trucos”, explica Ituiño. Esta magia es muy variada pues tan pronto emplea cuerdas, como cartas o cubiletes. Estos últimos son los favoritos del artista, por lo que suele acabar su función con ellos.
El truco consiste en unas “bolitas que van viajando de un lugar a otro y hay que adivinar bajo que cubilete están”, explica el artista, que lo describe como un espectáculo muy “divertido y bonito”. Además, para él supone una especie de homenaje a todos esos magos que iban por las calles haciendo ese número, “me gusta mucho mirar hacia atrás, a la historia, a los que actuaron antes que yo y que si no hubieran creado esos trucos, ahora no podría actuar cómo actúo”, apunta. Y es que ese tipo de magia “canalla” y con mucha comunicación entre el ilusionista y su público es la que le gusta a este ilusionista y la que busca plasmar en su trabajo. A esto, cuando las características de la ubicación se lo permiten, le añade música, haciendo que su número se rija al ritmo de ésta. Así pues, Ituiño tiene la oportunidad de “llevar la magia a sitios donde no hay teatros o no están acostumbrados a ver actuaciones”, algo que le gusta mucho.
Pero este joven no es que haya decidido ser mago, sino que asegura que es algo que “fue creciendo poco a poco”. Desde que era pequeño se recuerda “con unas cartas en la mano” y nunca ha dejado de hacer magia, hasta ahora que se dedica por entero a ello. “Vivo de esto. De hecho, hoy en día, qué mejor momento que éste en el que es tan difícil encontrar la estabilidad para arriesgarse y trabajar en lo que te gusta”, anima. Aunque el ilusionismo no es su única ocupación, el resto de sus proyectos sí guardan relación con él. Estos son su colaboración con Euskadi Irratia y próximamente con Radio Euskadi o la obra de teatro que ha escrito y dirigido, Rámper, vida y muerte de un payaso, que ya ha cosechado muy buenas criticas tras su estreno en Bilbao y ahora se encuentra en fase de distribución para embarcarse en una gira.
Así que quien no quiera perderse su magia, tiene una cita hoy a las 20.00 horas en Pobes, mañana en San Vicente de Arana, el sábado en Lagrán, el domingo en Peñacerrada, Artziniega (lunes 4), Aramaio (el 5), Ribabellosa (6), Trebiño (7), Nanclares (8), Zambrana (9) y Zurbano (10), donde las actividades se desarrollarán por la mañana.