MADRID - La hija de la diseñadora venezolana, Carolina Adriana Herrera y el torero, Miguel Báez, han decidido poner tierra de por medio este verano y separarse temporalmente hasta que las cosas se arreglen. Ambos necesitaban un periodo de calma tras más de trece años de matrimonio y tres hijos en común, aunque, aseguró Herrera que “están decididos a luchar por su familia y se encuentran en la mejor disposición para resolver la situación”.
Miguel Báez está pasando esta temporada en España. Estos días ha estado en la propiedad familiar de Punta Umbría (Huelva), donde ha disfrutado de la compañía de Olimpia, Miguel y Atalanta, sus tres hijos, antes de que estos pusieran rumbo a Nueva York junto a su madre.
Carolina Adriana y sus hijos se han desplazado hasta la Gran Manzana, como suelen hacer cada año por estas fechas, para visitar a su familia materna. Allí viven Carolina y Reinaldo Herrera, sus padres, así como su hermana, Patricia.
Miguel y Carolina Adriana se conocieron en Sevilla en 2002 cuando ella abrió una tienda de ropa de su madre en la ciudad.
El 19 de junio de 2004 se daban el sí, quiero en la finca Dehesa Los Guateles, que en aquel momento era propiedad del torero. A los pocos años dieron la bienvenida a su primera hija, Olimpia, que actualmente tiene 12 años. Pronto nació Miguel, de 11 y se convirtieron en familia numerosa con Atalanta, de 9 años.
crisis de años atrás “Leer mentiras te fastidia, sientes rabia e impotencia. Pero no es mi mundo. A veces veo que tengo a dos fotógrafos encima y pienso: ‘¿qué ha pasado?’. Y resulta que me estoy divorciando”, declaró Carolina Herrera de Báez en 2013. Los medios de comunicación especulaban desde hacía tiempo con la posibilidad de que la pareja pusiese fin a su unión.
La última vez que tuvieron que desmentir los rumores fue en 2012. “Estamos juntos siempre, lo que pasa es que no nos gusta salir a ningún lado. No hay nada de crisis, al revés, estamos encantados. Estamos muy bien pero ya sabéis que no me gusta hablar de mi vida”, zanjó entonces el diestro.
A priori, Carolina y Litri formaban una extraña pareja. Ella, una niña bien educada en los colegios más elitistas de Manhattan, habituada a que Bianca Jagger y Andy Warhol frecuentasen la residencia familiar en Park Avenue y a viajar por todo el mundo. Él, hijo de una leyenda del toreo, Miguel Báez Litri, un hombre de campo, “recto, pero de mente muy abierta”, contó su mujer en nuestras páginas. “Yo no me hubiera enamorado si hubiera habido el más mínimo ‘no acepto esto”. - DNA