La quinta edición de Poetas en Mayo afronta hoy su penúltima jornada. Lo hace, por ejemplo, desde Laguardia, donde se producirán a lo largo de la mañana encuentros con varios poetas invitados tanto en la ikastola Victor Tapia como en el instituto Samaniego y el centro de mayores. También desde el Casco Viejo de Gasteiz, con paradas tanto en el pórtico de la Catedral Santa María (19.00 horas) como en la sala La Monstrenka, que cerrará el día a partir de las 21.00 horas con el montaje Al atardecer salto. Arqueología poética propuesto por los anfitriones del Kolectivo Monstrenko.

Se dará así un nuevo paso dentro de un certamen que ayer al mediodía vivió una de sus citas ya clásicas, un evento que no ha faltado desde el arranque de la propuesta dirigida por Elisa Rueda y que supone reunir a un centenar de estudiantes del colegio Ramón Bajo en torno a la muralla de Gasteiz y la poesía, con la música como acompañamiento perfecto. A la sombra pero disfrutando de un tiempo que ni a propósito, a las 11.30 horas se puso en marcha por quinta vez un evento en el que el protagonismo estuvo repartido entre los versos y los jóvenes participantes, aunque de los sonidos se encargase, por ejemplo, el intérprete y compositor gasteiztarra Bigen Mendizabal.

Al fin y al cabo, Poetas en Mayo busca desde su arranque llegar al público de todas las edades, entendiendo que la palabra no conoce ni de fronteras ni de límites. Así se volvió a demostrar en una cita celebrada en un ambiente de juego y fiesta.