Vitoria - Promocionar a los jóvenes valores, dar relevancia a los músicos de aquí y contar con la aportación de intérpretes de fuera que no sólo acuden a la capital alavesa para tocar sino también para encontrarse con quienes se están formando ofreciéndoles parte de su conocimiento. Sobre estas tres bases se sustenta la filosofía del ciclo de cámara que impulsa y acoge el Conservatorio Jesús Guridi. Hoy, en el cuarto recital de esta sexta edición del proyecto, el centro se decanta por la última de las líneas estratégicas, abriendo sus puertas a la trompeta del nicaragüense, aunque residente desde hace años en Alemania, David Salomón Jarquín. Junto a él se encontrará el vizcaíno Aitor Olea, organista titular del órgano Stoltz-Frères (1889) de la iglesia de San Pedro de Bergara y pianista repertorista del Jesús Guridi.

Será a partir de las 19.30 horas cuando ambos ofrezcan al público un programa “compacto, que va desde lo más virtuoso hasta lo más clásico”, según Jarquín. En concreto se interpretarán el tema y variaciones sobre el Carnaval de Venecia de Jean-Baptiste Arban, The Seventh Trumpet de Charles W. Or, el Praeludium und Fuga über B.A.C.H. de Franz Liszt, el Concierto para dos trompetas y órgano de Antonio Lucio Vivaldi , el Praeludium und Fuga g-moll de Johannes Brahms, y el Concerto in Dmajor para 3 trompetas, órgano y timbales de Georg Philipp Telemann, compositor del que se están conmemorando los 250 años de su fallecimiento.

Como es habitual en este ciclo, las entradas están disponibles por un precio de 5 euros, aunque cabe recordar que tanto estudiantes como personas en situación de desempleo pueden acceder de manera gratuita. “No va a ser un concierto en el que el órgano acompaña a la trompeta o al contrario, sino que, y no es nada habitual, aquí cada instrumento va a tener su protagonismo”, aclara Jarquín, quien lleva desde principios de esta semana en la capital alavesa preparando con Olea un recital en el que ambos también contarán con la colaboración puntual de Pablo Martínez Esparza, Angel Ugarteburu (trompetas) y Olaia Montoya (timbales).

“La verdad es que desde el primero momento en el conservatorio parece como si nos conociéramos de toda la vida. Los ensayos están muy bien estructurados y así se trabaja muy bien”, apunta el intérprete, quien además está ofreciendo clases magistrales a los estudiantes de trompeta del Jesús Guridi. “Estar con los alumnos está siendo un gusto; no sólo trato de hablar de la técnica sino también de lanzar un mensaje sobre la belleza del instrumento, de la necesidad de tocar con gusto”, describe.

Así lo demostrará hoy ante los espectadores en un concierto en el que, según destaca Olea, también hay que poner de relieve el órgano del siglo XIX que con el cuenta el Jesús Guridi. “Es un órgano de 1886, del mismo año que murió Liszt; es el único instrumento de este tipo que hay en un conservatorio y debemos destacarlo”, algo de lo que se encargará él mismo, quien asegura que “tocar aquí es un orgullo”.