madrid - El actor británico Joseph Fiennes protagoniza la película Resucitado, una historia de “misterio teológico” que llega el próximo miércoles 23 de marzo a los cines españoles, coincidiendo con el inicio de la Semana Santa, y que está narrada desde la perspectiva de un no creyente.
Según dijo ayer el actor, a diferencia de otras producciones cinematográficas, en esta ocasión se cuenta la historia desde un punto de vista incluso “enemigo”, que aporta una mirada “fresca”. Resucitado aborda lo que ocurrió después de la crucifixión de Jesucristo contado desde los ojos de Clavio (Fiennes), un poderoso militar romano y su ayudante Lucio (Tom Felton). Ambos deberán resolver el misterio de la desaparición del cuerpo de Jesús para combatir los rumores del mesías resucitado y prevenir una revuelta en Jerusalén. Fiennes destacó que en esta ocasión, y a diferencia de otras películas, no se termina la narración “en la cruz” y se investiga la resurrección como si se tratara de una “historia de detectives”, que parte del planteamiento de un thriller y termina siendo una narración de “misterio teológico”. El intérprete británico describe su personaje como “un militar romano” que trabaja en la “industria de la guerra” y que es “la mano derecha de Poncio Pilato”. A pesar de la fortaleza aparente del personaje, “en el fondo es un hombre corriente” que también es “falible ante la duda”. Por ello, su fe cambia cuando es “testigo de hechos que cambian su perspectiva”. “Queríamos que la película hablara al público religioso pero también al secular y que fuera una experiencia cinematográfica en la que todo el mundo pudiera sacar algo”, añadió el actor, quien destaca mensajes como “el perdón” o “las segundas oportunidades”.
MARÍA BOTTO, maríA MAGDALENA La actriz española María Botto se mete en la piel de María Magdalena, una mujer “fuerte”, que “tiene muy claro en lo que cree, por lo que quiere luchar” y que “no necesita ser rescatada”. Botto celebró ayer que en la última década este personaje ya no se percibe solo como una prostituta, sino una mujer que se rodeó de un grupo de eruditos que hablaban sobre la fe. “Culturalmente tenía que haber sido educada”, dijo. “Lo más importante era reflejar a una mujer con las ideas muy claras, y con un afecto infinito por la persona a la que ama”, y mostrar que “tiene la certeza de conocer algo que ella cree que el resto desconoce”, señaló. - E.P.