madrid - Como antesala de los acontecimientos que 2016 traerá sobre Federico García Lorca, cuando se cumplan 80 años del asesinato del poeta y se liberen los derechos de su obra y pase a ser considerado de dominio público, Ian Gibson propone en su nuevo libro un viaje a una Granada vista a través de los ojos del poeta.
Poeta en Granada, publicado por Ediciones B, es una especie de guía de la ciudad que inspiró a Lorca, como la guía del Dublin de Joyce, con sus bares y librerías, pero aquí con la Vega que vio nacer al poeta, con el lugar en el que mataron a Mariana Pinera o donde vivió doña Rosita, la soltera, por ejemplo. “Los que amamos a Lorca -dice el hispanista Ian Gisbon, quien lleva cincuenta años investigando la vida y obra del autor del Romancero gitano- queremos saber todo de él y conocer los sitios que le inspiraron, porque Granada se halla en su obra entera por debajo de sus textos”.
La calle donde vivió, la Vega donde nació y donde vivió hasta los nueve años o la estatua romana que se ha descubierto en la finca de la familia. Todo está en este libro que se divide en nueve paseos y que se completa con un prólogo, los textos de Lorca donde se sitúan los lugares y un índice completo de todos los sitios mencionados. “Comienzo con un prólogo -dice Gibson (Dublin, 1938)- en el que hablo de la relación de Lorca con Granada, con una Granada que es la protagonista de la obra del poeta y que identifica con la Granada de 1492. Una identificación que viene de los románticos, como Richard Ford, que ven a Granada con una especie de nostalgia y a España con una herida por la perdida que hubo con la Toma de Granada”. “Otros no lo ven así -aclara-, como los que celebran la Toma de Granada, como el PP; pero Lorca se identifica con la Granada de antes, con la mezcla de culturas, la Granada que se perdió para siempre cuando echaron a los moriscos, porque después vino la ruina, y Lorca se identifica con todo esto”. “El ser de Granada me inclina a la comprensión simpática de los perseguidos. Del gitano, del negro, del judío, del morisco que todos llevamos dentro”. Así lo escribe García Lorca y lo recuerda su biógrafo, Ian Gibson. “A él le gustaba la mezcla de culturas y no la pureza de la sangre. La mezcla es una maravilla, y este país a lo largo de los siglos ha visto como su obsesión por la pureza de la sangre le ha llevado a la ruina. La vida viene de la mezcla”, argumenta Gibson.
El hispanista está trabajando en revisar la biografía que escribió de Lorca, en 1984, y avanza que está investigando en el último amor descubierto de Lorca. “Se trata de Juan Ramírez, un actor de 18 años, gay, guapísimo, con mucho talento y al que Lorca conoció en un club teatral. Este episodio no se ha contado bien, porque la familia no quiere que se vean los papeles”, subraya el escritor. Pero Gibson también está buscando testimonios de la voz de Lorca, porque hasta la fecha no hay nada. “Se sentaba al piano y, además de tocar de maravilla, cantaba: no me puedo creer que no haya ninguna grabación. Sólo existe una en la que se le ve acompañando a la Argentinita, pero no se le oye”, añade el autor.
Ian Gibson sigue, además, empeñado en saber dónde están enterrados los restos de Lorca. “Eso sigue siendo vital, sus restos y los de los demás asesinados por el régimen en este país. Y esto no está afrontándolo nadie con valentía, tampoco en esta campaña ya electoral; quiero saber qué haría Podemos y el PSOE si ganasen”, advierte. “En mi opinión un país que no afronta una Guerra Civil ni su pasado no tiene futuro. Alemania hizo sus deberes; España, no”, concluye. - Efe