M ark Knopfler se hizo el viernes por la noche con las más de 5.500 personas que abarrotaban el auditorio natural del Festival Pirineos Sur en Lanuza, en el corazón del Pirineo aragonés, con un puñado de canciones entre las que no faltaron ensoñadoras baladas y temas para la nostalgia de sus años con Dire Straits.
El músico de Glasgow, la presencia más esperada en la actual edición de Pirineos Sur, no decepcionó a todos los que esperaban escuchar su guitarra eléctrica y su curiosa técnica de tocar sin púa, sólo con los dedos, con los que elaboró años atrás algunos de los riffs y solos que más se recuerdan en el mundo del rock.
Broken Bones, un tema bluesy y otoñal perteneciente a su último disco, Tracker, marcó el inicio de un concierto que se orientó enseguida a la faceta más acústica e intimista de Knopfler, que se presentóen Lanuza con una potente banda formada por ocho músicos de primer nivel.
Temas como Privateering o Father and Son / Hillfarmers inundaron el auditorio de aromas de la tradición celta, con emocionantes flautas flotando por suaves armonías creadas con guitarras acústicas.
Los seguidores de Dire Straits que esperaban las explosiones guitarrísticas de Knopfler llegaron al delirio cuando, por fin, el músico comenzó uno de sus temas más célebres, Romeo and Juliet, al que siguió casi sin pausa uno de los himnos más conocidos del rock, Sultans of Swing.
Knopfler sabe que es un músico consagrado que atrae a legiones de seguidores a cada uno de sus conciertos y no decepciona en ningún momento a los que esperan escuchar temas rítmicos salpicados de riffs de guitarra con lentas baladas o canciones que evocan su Escocia natal.
Con un público ya definitivamente entregado, Knopfler arrancó la recta final del concierto con su guitarra, amplificada de forma suficiente para destacar sobre el resto de instrumentos de la banda.
Los espectadores desplazados a Lanuza, que ya habían agotado desde hace semanas las entradas para el concierto, le pidieron más al guitarrista de Glasgow y él no se negó. - Efe