Las ofertas televisivas pasan por el formato de series que alcanzan cifras millonarias de audiencia y que compiten por la gloria y la pasta. Series como El Príncipe en su nueva entrega o el éxito clamoroso de Allí abajo muestran pujanza y fortaleza de estas comedias bien construidas, alimentadas por ingeniosos guionistas y encarnadas por una cantera de actores que hacen de la interpretación un seguro pilar de verosimilitud o cercanía en la construcción artística. Los programadores tienen en las series un filón que explotar desde los inmemoriales tiempos de Médico de familia o Farmacia de guardia hasta los actuales, pasando por títulos como Cuéntame, que muestran gran poderío de productoras para facturar productos aceptados con facilidad y continuidad. La pelea A3-T5 en este campo es de armas tomar y el miércoles se sumó a la batalla, la tele pública, emitiendo en TVE 1 y La 2, simultáneamente, la primera entrega de Seis hermanas, en su habitual práctica de bucear en la historia, sea medieval, moderna o contemporánea, dibujando con finura y sin desmayo los avatares de una familia burguesa a comienzos del siglo XX, que dedica su tiempo y dinero a la industria textil. Con factura excelente y detallista presentación de personajes, entresijos y cuestiones de producción y realización, ofrece otra alternativa diferente en este modo de hacer tele que son las series. La excelente ambientación de los escenarios es también logro conseguido para sumergirnos en el argumento de la nueva serie que puede pelear por el santo y la limosna del éxito. Trozos de vida en la pantalla.
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