Vitoria - En su despacho de la Facultad de Letras del Campus de Álava hay ahora un poco de tranquilidad. Sólo Sonia Pacios, su indispensable compañera en muchas cosas de la vida, abre un paréntesis, a través del teléfono, en la conversación. Kepa Sojo tiene que dar su primera clase del segundo cuatrimestre sobre Historia del Cine, aunque no volverá a las aulas de la Universidad del País Vasco hasta que pase la noche del próximo sábado. Y cuando lo haga, tal vez sea con su primer Goya bajo el brazo.
‘Cien maneras de hacer pollo al txilindrón’.
-Ahí es donde todo comenzó.
Y con lo puesto.
-Fue una pasada. Pedí dos préstamos, uno a la Laboral y otro a la Vital. Fueron cuatro millones y medio de pesetas y con eso hice el corto. Ni subvenciones ni nada. La verdad es que funcionó muy bien, pude recuperar el dinero entre premios, televisiones y demás, y así pude sacar el siguiente proyecto.
La nominación a los Goya es un paso más dentro de una larga lista de premios por ‘Loco con ballesta’, pero no sé si cuando estaba con el equipo rodando en 2013 por la zona de Maeztu pensaba usted que el corto iba a tener esta vida.
-Para nada. Hombre, tenía buenas vibraciones, igual que cuando lo montamos. Pero no pensaba que íbamos a llegar al primer festival, que fue Medina del Campo, e íbamos a ganar un premio. Además, entrar a los Goya es muy complicado, tienes que pasar varias cribas. De hecho, nosotros ganamos en el festival Cortogenia de diciembre de 2013 y eso nos habilitaba a presentarnos a esta edición. Lo hicimos, hemos ido pasando las distintas etapas y aquí hemos llegado.
El 7 de enero, cuando se supieron las nominaciones, estaba bastante nervioso.
-Mucho. En el momento que te dicen que estás ahí, tienes que empezar a hacer campaña, a publicitar el corto, a moverlo entre académicos y es un trabajo. Tienes que intentar llegar a todo el mundo, pero no es posible. Desde el 7 ha sido un torbellino.
Y ha tocado ir a la gala de nominados, a los premios Forqué, a presentaciones, a...
-Más entrevistas y demás. Pero es algo que vives con ganas, la verdad.
Vamos, llegar a casa en Izarra y querer desconectar.
-No, porque sigues trabajando en el tema del corto. Con decirte que los dos partidos que jugó el Athletic con el Málaga los tenía de fondo y ni me enteré. Además, me están haciendo la puñeta porque desde que me nominaron, no han ganado un partido y ya vale.
¿Ya tiene pensado qué va a decir si toca subir?
-No. Algo sí que tengo pensado, pero tampoco es algo que me preocupe. Me hace mucha ilusión porque, chico, ya llegados aquí... Estamos disfrutando mucho pero nos apetece mucho que nos lo den, más que nada porque nadie sabe si es una oportunidad que nunca más se va a volver a repetir.
¿En la Facultad le estarán dando ánimos, no?
-Aquí, en Izarra, en Llodio... Es exagerado. El otro día estaba comprando una camisa en una tienda y me vino alguien que me había reconocido por el periódico... Vamos, un poco demasiado. Me hizo mucha ilusión, por ejemplo, que cuando las nominaciones me llamó el rector de la UPV. Y aquí, tanto la Facultad como el Vicerrectorado se están volcando. Bueno, y los alumnos, que están muy animados.
¿El resto de la gala le interesa algo o...?
-Sí, soy de los que suelo ver todo: Globos de Oro, Oscar, Goya... Me interesa mucho Loreak porque me gustaría que ganase algo, si no puede ser el de mejor película que sea Pascal Gaigne por la música. Y, por supuesto, me gustaría que Karra Elejalde se llevase el de actor de reparto por Ocho apellidos vascos. O Fernando Velázquez, que está por la misma película en la categoría de mejor canción y es quien hizo la música de Loco con ballesta.
Lo que pasa es que en el caso de Karra y, en general, ‘Ocho apellidos vascos’, siempre se dice que las comedias lo tienen complicado.
-La verdad es que nuestro corto también es el único de comedia de los nominados (risas). Nunca se sabe. Hombre, el premio de Ocho apellidos vascos es la taquilla que ha hecho y la repercusión que ha tenido para el cine español. La verdad es que Karra hace un papel impresionante en el que está divertidísimo. Ha tenido la suerte o el olfato de estar en películas como ésta, Airbag o Año mariano, auténticos taquillazos.
Cuando ‘Loco con ballesta’ se iba a estrenar me dijo que trabajar con Elejalde había sido increíble. Estos días están coincidiendo en varias galas y momentos.
-Está muy orgulloso del corto. Es que es muy cariñoso, entrañable, gracioso. Además, está también en otra película, A esmorga, que está nominada en guión adaptado, y está volcado tanto con Loco con ballesta como con este largo, donde hace de gallego y habla en gallego, y es una pasada porque parece de allí de toda la vida. Está muy encima de nosotros, con su representante apoyándonos de manera muy cercana.
¿Y el resto del reparto?
-La persona que leyó las nominaciones en nuestra categoría fue Marian Álvarez, que es la pareja de Andrés Gertrudix, el actor principal con Karra del corto. Y eso fue... Él está también muy contento. Además, cosas de la vida, él estaba también en el corto que ganó el año pasado.
De todas formas, aunque todo lo de los Goya suponga un paréntesis, seguro que los planes para los próximos trabajos están sobre la mesa ya.
-Sí, sí. Hombre, Loco con ballesta ya ha hecho un camino de más de cien festivales con, creo que son, 24 premios. El Goya puede ser el 25. Pero sí, estamos en otros proyectos. Tengo un proyecto de cortometraje para hacer en euskera, que se llamará Hileta (Funeral) y estamos preparando la pre-producción. La intención es rodar en mayo o junio y va a ser mi primera no comedia.
¿Y eso?
-Me apetece hacerlo así, por lo menos una vez en la vida. Será algo entre terror, drama... Además, junto a este proyecto está la idea de mi segundo largometraje que sí será comedia, comedia. Es una película muy loca, marciana... Ahora estamos buscando financiación, en conversaciones con alguna productora... Bueno, veremos. Se llamará La vida es una tómbola y queremos rodarla en Rioja Alavesa. Me gusta mucho Labraza, por ejemplo, es un sitio especial. Así que estamos con los dos proyectos, pero bueno, también tengo alguna que otra cosa escrita. Siempre en movimiento para ver qué puede salir. La cuestión es que el cuerpo me pide rodar. Y además te pasa a veces que te sale un corto, como fue el caso de Loco con ballesta, de manera casual.
¿A qué se refiere?
-A que el guión me salió de la noche a la mañana. En Medina del Campo, un tipo, a unas horas intempestivas de la noche, me comentó que llevaba una ballesta en su coche, le dije que no me lo creía, el tío me llevó a un bosque, me enseñó la ballesta y yo estaba cagado de miedo. Luego vi un capítulo de Los Soprano y uniendo una cosa con la otra, ya tenía la historia.
Con todo, no sólo escribe guiones y es director, no sólo da clases en la UPV, sino que también es responsable de la programación cultural del Campus de Álava, realiza y publica libros de investigación cinematográfica... ¿Y el tiempo?
-Pero es una saturación positiva. Es más, ahora estoy también en algunos proyectos de investigación, como uno con las universidades de Pau, Toulouse y Zaragoza, u otro con varios compañeros de la UPV. Y está pendiente de publicación un estudio sobre El verdugo con una editorial valenciana. Hombre, al final, lo que me da de comer es la universidad, lo otro es un complemento. Alguno me pregunta si he pensando en dejar la uni y la verdad es que no. Tampoco en dejar el cine. De hecho, me considero un privilegiado. En la universidad llevo ya unos 16 años, hago lo que me gusta y también puedo sacar mi faceta artística, así que es todo perfecto.
Volvamos a lo que sucederá el sábado por la noche. Pregunta fundamental: ¿corbata o pajarita?
-Pajarita... Seguro (risas).
“El próximo corto, ‘Hileta’, se rodará en mayo o junio; y el largo, ‘La vida es una tómbola’, me gustaría hacerlo en Rioja Alavesa”
“Me gustaría que ‘Loreak’ ganase algo, por lo menos el Goya a la mejor música; y, por supuesto, que Karra se lleve el de actor de reparto”