Visito la exposición ¡Quieto todo el mundo! Comienza la movida en la sala Fundación. Una muestra que gira en torno a la Movida madrileña de los años 80. Un entretenimiento -nada novedoso, por otra parte- pensado para visitar en familia y sazonado para la ocasión con algo de movidilla local. Componen la expo más de mil objetos y referentes de época. El conjunto es una mezcolanza abrumadora y azarosa de elementos que transmite -por la selección de éstos y por su disposición en el montaje- una sensación de banalidad. De un algo, en todo caso, que no logra conectar con el irreverente espíritu de la época. Lo relativo a artes plásticas y cómic revela escaso conocimiento de lo que sucedió en esos ámbitos y en esa década. Por ejemplo, en la exposición sólo hay obras de tres artistas vitorianos que, según la muestra, formaron parte de la -llamémosla- movida vitoriana: una escultura minimalista de Armesto, una pintura de San Román de cuño abstracto-lírico y otra de Lafuente, geometrista. Es decir una parca selección alejada del estilo expresionista-figurativo que primaba por entonces en la capital y que tuvo su eco en Vitoria. Podríamos recordar la obra de Ciprés, Cerrajería, Mintxo, Koko, Matauco, Plágaro, Almarcha, Eguizabal, Torrecilla, Iñurrieta, Landazabal? como representativa de nuestra movida vitoriana. Nos topamos con cientos de fanzines sin ficha: no se dice su procedencia, año de edición... No se discrimina, no se separa la paja del trigo. No aparecen primerísimas revistas de cómic que marcaron esa época, como El Víbora, Makoki, El Cairo, Totem... O fanzines como el Star. O como el TMEO. No se habla de dibujantes vitorianos como Mauro Entrialgo, Alvarortega? que trabajaron para las publicaciones de la Movida como la revista Madriz, La Luna de Madrid?
Nos encontramos con cuadros mal colocados -situados desordenados como en un rastrillo a diferentes alturas y distancias en las paredes- naúfragos entre un cúmulo de referentes gráficos. Obviamente, cuando no conoces una temática, abarrotas el espacio del material que te llega. Sin clasificarlo ni catalogarlo, porque requiere un saber. Y un tiempo. Se frivoliza el trabajo que muchos realizaron en los 80. Verbigracia: situar El coche fantástico delante de la punki portada de Salve de La Polla Records parece un chiste.
Si algo hay que aprender de esta muestra es cómo no se tienen que abordar relevantes acontecimientos culturales que marcaron época. No hay que olvidar que estamos en la sala mejor situada de la ciudad (en pleno centro, en zona de paseo), que por sus dimensiones puede recibir a muchos visitantes y que, ¡cómo no!, la entrada es gratuita. Razones éstas que la convierten en ocasiones en el espacio expositivo más visitado de la ciudad. Por lo tanto, sería un lugar muy indicado para, aparte de entretener, culturizar adecuadamente al público. Cuestiones que no son contrapuestas y que, en teoría, persigue la obra social y cultural de nuestra Caja.