Vitoria - Un planteamiento de marcado carácter económico para fijar las líneas a seguir en el periódico entre 2015 y 2020 que espera ahora aportaciones y concreciones sin que existan plazos fijados para su aprobación o rechazo. Tras varios meses de trabajo por parte de dos técnicos nombrados por el Ayuntamiento de Vitoria y la Diputación alavesa, la Escuela de Artes y Oficios conoció ayer el Plan de Viabilidad encargado por el patronato del centro, un documento que aspira a que cuando termine su plazo de acción, el espacio educativo y cultural tenga un balance de cuentas equilibrado, es decir, que sus ingresos igualen a sus gastos.

Los objetivos básicos del estudio pasan por conseguir ese equilibrio en los presupuestos, ajustar la oferta formativa, generar nuevas líneas de negocio e incorporar nuevas líneas de gestión para lo que se propone incrementar la productividad, incorporar nuevos criterios de gestión, adecuarse a las necesidades actuales y acometer inversiones en un inmueble que, en el informe, se considera como un valor y una amenaza, debido a su estado, al mismo tiempo. Todo ello partiendo de la base de que los 240 años de historia de la escuela y su implantación social son dos puntos a preservar.

La cuestión es cómo llevar a cabo todo esto a la realidad en un periodo de cinco años. Y aquí es donde el plan propone una batería de propuestas en diferentes ámbitos que son las que se deben debatir a partir de ahora. Por de pronto, ayer en el seno de la escuela no se quisieron hacer mayores valoraciones a la espera de un estudio pormenorizado, aunque, por lo menos, se valoró el hecho de tener el documento en las manos como “un punto de partida” sobre el que hablar.

En lo que se refiere a incrementar la productividad, se propone abrir más días Artes y Oficios (verano, periodos festivos como las navidades...), buscar nuevos “clientes” y posibilitar otros servicios y una mayor oferta formativa permitiendo la subcontratación y la externalización, pidiendo a la actual plantilla de profesores que, de manera voluntaria, renuncien a parte de sus horas no lectivas para dar clases al tiempo que se quieren incentivar bajas voluntarias y prejubilaciones para “definir un nuevo modelo de relaciones laborales para las nuevas incorporaciones”.

Además, se propone crear la figura del gerente, es decir, una persona que se encargue del diseño y desarrollo de un “plan de ventas” buscando “nuevos nichos de mercado” y captando “nuevas tipologías de clientes”. Todo ello haciendo desaparecer la figura del director del centro.

Asimismo, se quiere eliminar el actual servicio de talleres a colegios e introducir nuevos “productos formativos” como colonias o seminarios, al tiempo que se crea un “semillero de empresas creativas”.

Con respecto al edificio, se estima necesaria una “reforma integral” acompañada de una larga lista de actuaciones, aunque con el plan no se ha realizado ningún estudio arquitectónico y se dejan las obras en manos de la “disponibilidad presupuestaria y la voluntad política”.