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“No es una película sobre las negociaciones ni una comedia alocada”

Cobeaga vive un año de vértigo. Ultima su tercer filme, ‘Negociador’, que presentará en Zinemaldia, escribe la secuela de ‘Ocho apellidos vascos’ y publica su primera novela.

“No es una película sobre las negociaciones ni una comedia alocada”

bilbao - “Decir que trabajo doce horas al día sería demasiado optimista”, confiesa Borja Cobeaga (Donostia, 1977). El cineasta no tiene un solo minuto libre, su agenda está completa al menos hasta final de año. Este académico de cine de Hollywood - honor que se ganó tras ser nominado a los Oscar por su corto Éramos pocos- , ultima estos días su tercer largometraje como director, Negociador, una comedia de ficción inspirada en las frustradas negociaciones entre el presidente del PSE vasco, Jesús Eguiguren, y ETA, que volaron por los aires con el atentado de la T4. Protagonizada por Ramón Barea, Josean Bengoetxea y Carlos Areces, la película se proyectará en la Gala Zinemira del Festival Internacional de Cine de Donostia.

Pero, además Cobeaga es consciente de que el público espera impaciente la segunda parte de Ocho apellidos vascos, que el cineasta está escribiendo a cuatro manos con el guionista Diego San José. “Va por muy buen camino”, comenta sin despuntar ningún detalle sobre qué pasará con los personajes de esta comedia, que ha sido vista por más de nueve millones de espectadores.

Llevaba cuatro años sin rodar un largometraje. ¿Tenía ya ganas de ponerse detrás de la cámara?

-Tengo que confesar que sí, pero venía gestando este proyecto desde hace algún tiempo, desde que escribí el guion de Ocho apellidos, que fue alargándose, como siempre pasa en el cine. No obstante, me permitía tener huecos para escribir esta película, aunque no sabía si al final iba a tener posibilidades de llevarla a la gran pantalla. Pero me gustó mucho como quedó y eso me animó a llevarla adelante. Creo que es mi proyecto más personal.

¿Y el más arriesgado?

-Había hecho Pagafantas y No controles, que eran dos comedias románticas que se parecían bastante, y me apetecía hacer otra cosa, reflexionar mucho el siguiente paso. No quiere decir que no vaya a hacer comedias de ese estilo a partir de ahora, pero tenía la seguridad de que si la siguiente seguía esa línea, me iba a arrepentir. La idea inicial era que yo dirigiera Ocho apellidos vascos pero por esta razón finalmente no lo hice. Tenía la sensación de que lo siguiente que tenía que hacer tendría que ser muy personal.

Y para ello ha elegido un tema como las negociaciones de Eguiguren con ETA.

-Decir que es una comedia sobre la negociación suena demasiado osado. No me interesaba hacer una crónica histórica, ni política. Negociador es un filme de personajes, que toma la historia real de las negociaciones para crear una ficción sobre las circunstancias del caso. Un relato ficcionado sobre un acto supuestamente solemne y grave pero repleto de pequeños detalles que convierten el acontecimiento en algo muy de andar por casa.

Ha confesado que le impresionó cómo le había dejado ‘tocado’ la negociación a Eguiguren.

-Me pareció que había una historia que merecía la pena ser contada, había elementos muy potentes. Me impresionó una entrevista de Jordi Évole en Salvados, en la que iba a comer a la Parte Vieja de Donostia, donde no había entrado en 30 años. Además, leí muchos, vi muchos documentales, entre ellos el de Memorias de un conspirador, de Ángel Amigo, y empecé a entusiasmarme con el material. Y, en un momento determinado solté los libros y me puse a fantasear.

Y fue cuando creó su propia historia.

-¿Sabes una cosa curiosa?Algunas personas a las que he enseñado la película no distinguen los hechos que han sido reales y los que son inventados. Son las propias circunstancias, muchas veces reales, las que le confieren el carácter cómico.

¿Por ejemplo?

-Por ejemplo, que los mediadores confundieran a Eguiguren en Oslo con un liberado de ETA porque iba vestido muy arrugado. O que no pudiera llevar tarjetas de crédito para no ser localizado y sólo se alimentase de kebabs o bocadillos.

¿No tiene miedo a que el público espere ver algo similar a ‘Ocho apellidos vascos’?

-Estoy seguro de que muchos van a acudir a la sala esperando ver algo similar, pero enseguida se van a dar cuenta de que no tiene nada que ver. Negociador tiene algo de película de espías, política, pero también de comedia a su manera, más realista y menos basada en el gag y el chiste que Ocho apellidosvascos.

Mientras construía el guion ya fantaseaba con los actores que quería como protagonistas.

-Es la primera vez que un guion lo he escrito con los actores principales en mente. Había algo en el tono de la historia, de comedia pero con un punto melancólico, que me recordaba mucho a mi corto Éramos pocos e inmediatamente pensé en Ramón Barea para encarnar a Manu Aranguren, un político vasco que ejerce de interlocutor del gobierno español en las negociaciones con ETA.También pensé enseguida en Josean Bengoetxea y Carlos Areces.

¿Como Josu Ternera y Francisco Javier López Peña, ‘Thierry’?

-Quiero que la gente entienda que esto no es una crónica del proceso de paz. Interpretan a dos personajes que pueden recordar a Josu Ternera y a Thierry. Por cierto, Areces hace de vasco y no lo es, pero desde que le vi por primera vez actuando, me di cuenta de que podía ser un personaje serio, pero a la vez divertido. Además, te puede fulminar con la mirada.

En el Zinemaldia ‘Negociador’ coincidirá también con el filme de Pablo Malo, ‘Lasa eta Zabala’. ¿Ha llegado el momento de que el cine rompa la barrera del conflicto vasco?

-Los dos filmes no tienen nada que ver, pero sí, creo que está pasando algo parecido a lo que ocurrió cuando murió Franco. Se hicieron muchísimas películas sobre la guerra civil y la posguerra. Esto tenía que ver con cierta liberación, no creo que tuviéramos todos los asuntos pendientes resueltos. Y ahora, si nos dicen hace cinco años que íbamos a estar así, no nos lo creemos. Es el reflejo de esa necesidad de contar historias, de reflexionar sobre ello. Es muy sano por parte de la sociedad vasca que empecemos a contar historias sobre esta temática.

¿Lo próximo de Cobeaga en el cine será ‘Fe de etarras’?

-Es un proyecto que tengo hace tiempo en mente, pero es una comedia muy diferente a Negociador, es más comedia. Será la historia de un comando de ETA que alquila un piso franco con tan mala suerte que le toca ser presidente de la comunidad de vecinos. Creo que llegaré a hacerla, pero no ahora. Además estoy terminando un libro, Venirse arriba, que presentaré en octubre. Cuando me libere de estas tareas, podré centrarme en mi nuevo filme.

Reparto. Protagonizada por Ramón Barea, Josean Bengoetxea y Carlos Areces, el reparto se completa con Raúl Arévalo, Melina Matthews, Jons Pappila, Secun de la Rosa, María Cruickshank, Óscar Ladoire, Alejandro Tejería, Santi Ugalde y Gorka Aguinagalde.

Argumento. La historia gira en torno a la figura del político vasco, Manu Aranguren, que ejerce de interlocutor del gobierno español en las negociaciones con ETA. Lejos de ser un acto solemne y calculado, pronto se verá que las casualidades, los errores o los malentendidos marcarán el diálogo entre ambas partes. Y que la relación personal entre negociadores será clave para la resolución del conflicto. El rodaje se realizó en apenas dos meses en Donostia e Iparralde.

Producción ‘Negociador’ es una producción de Sayaka Producciones con la participación de ETB, Gobierno Vasco y Canal+.