cannes (francia) - El canadiense Atom Egoyan dejó ayer indiferente a Cannes con The captive, un thriller poco original y con insuficiente nivel para competir por la Palma de Oro, sobre el secuestro de una menor, con un Ryan Reynolds que se luce en un papel más dramático de lo habitual en él.
Proyectada dentro de la sección oficial del festival, The Captive, que recibió una fría acogida en su primera proyección, con algunos abucheos, está inspirada en un hecho real, la desaparición de un niño en Canadá en un descuido de su madre, según explicó ayer Egoyan en rueda de prensa. Rodada en el helado paisaje canadiense en pleno invierno, en la zona de las cataratas del Niágara, The captive ahonda en el hecho de que "todos los seres humanos cometen grandes errores" y tienen que aprender a convivir con ellos.
En este caso, el padre (Reynolds) que pierde de vista a su hija apenas un momento y es secuestrada; el secuestrador (Kevin Durand), que sabe que lo que hace no está bien y el policía (Scott Speedman), que sospecha sin ninguna base que es el padre el culpable. Son hombres "que viven con las consecuencias de sus errores" en un mundo como el actual "en el que todo se puede observar", lo que da a la historia un cierto aire de irrealidad, explicó el realizador.
Fue precisamente el hecho de que el secuestro separe a la familia y no la una, debido a que la madre considera culpable al padre, lo que atrajo a Reynolds de este proyecto, además del hecho de trabajar con Egoyan. "Me parece fascinante como pueden separarse y enfrentarse a los hechos con mecanismos tan diferentes, además del hecho de que más allá de que ya no sean pareja, pueden seguir manteniendo un tipo de relación", señaló.
Porque en este filme son los hombres los que se sienten culpables en la historia, al contrario de lo más habitual, que sean las mujeres, lo que constituye lo único original de un filme que se desarrolla en dos espacios temporales diferentes, el del momento del secuestro, y ocho años después.
Por su parte, Durand, la única cara de la maldad en este filme, afirmó que su papel era un "gran desafío" y estaba "realmente aterrado" ante la idea de ser el "malo". Porque pese a que solo él aparece en el filme, el realizador apunta a la existencia de una estructura mucho mayor y arraigada en la sociedad, algo que deja a la imaginación del espectador.
Egoyan considera un elemento "verdaderamente poderoso" dejar que "la imaginación del espectador se pregunte hasta dónde llega el problema" que cuenta la película, quiénes están implicados y hasta qué nivel de profundidad. En este sentido, Egoyan afirmó ayer que, para sus películas, "siempre estoy interesado por la gente con traumas y probablemente tiene que ver con las historias que me han contado".
Fuera de concurso. Los dragones de Dreamworks, versión 3D, sobrevolaron ayer el Festival de Cannes con la proyección fuera de concurso de Cómo entrenar a tu dragón 2, coincidiendo con el 20 aniversario de la factoría que creó Hormigaz, Sreck, Madagascar o Kung Fu Panda. La película, familiar y de factura impecable en tres dimensiones (3D), desarrolla un cuento épico -que contará, al menos, con una tercera entrega- y que barniza las aventuras de sus protagonistas con una deliciosa danza de acrobacias aéreas y guiños de humor. Cate Blanchett, que pone la voz de la enigmática Valka en la versión original, aseguró que toda su familia adoró la primera entrega de la saga y se lanzó sin titubeos al doblaje, que requiere una preparación parecida a la de una cinta convencional, pero "en tándem con los animadores". Blanche aprovechó la presentación del filme para lanzar una advertencia feminista a la industria del cine: "Seguimos en un mundo en el que se sigue sin pagar lo mismo a hombres y mujeres en 2014, y no lo entiendo" y "no me refiero a Dreamworks, sino a toda la industria", dijo la intérprete de 45 años.