Siempre han sido los bares espacios para la cultura. Exposiciones, actuaciones, encuentros, presentaciones... Sin embargo, y Gasteiz es un buen ejemplo, no es tan fácil encontrarse con espacios que mantengan su apuesta a lo largo del tiempo. En algunos casos porque en realidad se ponen en marcha iniciativas en las que no se cree, que obedecen, y más en tiempos de crisis económica, a un criterio de mero reclamo comercial que si funciona bien y si no, fuera. En otros, aunque el punto de partida sea el del compromiso real con la expresión artística, porque los problemas suelen ser múltiples y no siempre asumibles. Por eso, encontrarse con unas tablas como las del Green Bay es casi único, siete años de programación con más de 300 actuaciones en las que la música ha sido predominante pero donde también ha habido momento y lugar para los monólogos, performances, teatro de pequeño formato, montajes de magia...

Bill Lyerly, Viento de Locos, Bipolar, Los Fontane, Dinky Dau, The Freetangas... la lista de bandas y propuestas que han tomado parte en el cartel del local de Portal del Rey es interminable. "Cuando empezamos, los primeros grupos que traíamos eran de gente que conocíamos. Pero la cosa cambió pronto porque en cuanto se vio que teníamos una programación estable fueron los músicos y artistas los que empezaron a venir para ofrecerse. De hecho, hoy con las redes sociales todo el mundo te contacta. Todos los años se quedan grupos fuera. Es más, en este 2014 tenemos ya todo cerrado hasta verano y para septiembre hemos tenido que dejar cuatro grupos porque la agenda no da para más", explica Óscar Cardero Cortés, quien junto a Sonia Justo González es el responsable del espacio. "Yo tenía pasión por la hostelería y ella por la cultura, así que juntamos intereses y aquí estamos siete años después", recuerda.

Su primer elección para reunirse con el público a través de la cultura fue los viernes, pero al poco tiempo la decisión cambió. "Los domingos no había nada", así que ahí se trasladaron. "Al principio nos parecía una apuesta un tanto arriesgada, pero entre la gente ha terminado calando. Estamos muy contentos". No en vano, "muchas veces te encuentras con personas que pasan entre semana para hablar de la última actuación. Te dicen: qué bien lo pasamos el otro día, qué ambientazo. Eso te llena bastante porque el reconocimiento de la gente es lo más importante". Y eso que no siempre es sencillo. Más allá de hacer la inversión correspondiente en cuestiones como la insonorización, a veces también sucede que el público no responde. "Hombre, tampoco pagamos mucho, pero un concierto que no es rentable es duro. Claro, luego te pones en la piel del artista y estar tocando para nadie tiene que ser...".

Seguro que eso no sucede en las próximas citas del Green Bay. Este mismo mes, el espacio recibirá a Moonshine Wagon (11), Monkey Men (18) y The Song (25). En junio, la actividad seguirá con M.U.G. (1), One Day (8), Los Otros (15) y Frisko (22), sin olvidar que el 14 se llevará a cabo una nueva sesión del swing de medianoche junto a Jazz 4 Joy, una fiesta de música y baile que el Green Bay acaba de poner en marcha. Y en julio, cómo no, el jazz se dejará sentir, aunque ya habrá tiempo para dar más detalles. "Aunque estés trabajando al otro lado de la barra, se intenta disfrutar". Ojalá se pueda.