EL supuesto espionaje ilegal de la revista danesa Se og Hør a famosos, revelado estos días y que afecta a políticos y a la familia real, amenaza con convertirse en uno de los mayores escándalos mediáticos en la historia del país nórdico. La principal revista de cotilleo danesa pudo haber usado entre 2008 y 2012 los servicios de un empleado de la firma que controla los servicios de pago electrónico para averiguar el paradero de varios famosos, según han apuntado medios daneses.
La Policía ha abierto una investigación y ha realizado registros, mientras varias de las compañías afectadas, incluida Aller Media, la editora de la polémica revista, han iniciado sus propias averiguaciones sobre el caso.
El exdiputado Morten Helveg Petersen, actual cabeza de lista a las elecciones europeas por el Partido Radical Liberal, ha presentado una denuncia contra Aller por posible espionaje cuando mantenía una relación con una conocida periodista televisiva, y otras hipotéticas víctimas amenazan con seguir sus pasos. Según las informaciones aparecidas estos días, la lista de afectados incluye al príncipe consorte Enrique, el príncipe Joaquín y su esposa, la princesa Marie; el ex primer ministro Lars Løkke Rasmussen y conocidos personajes de la farándula en Dinamarca.
Aún no ha habido detenciones ni se han presentado cargos, pero el escándalo ya se ha cobrado una víctima: Henrik Qvortrup, redactor jefe de Se og Hør entre 2001 y 2008 y hasta hace poco uno de los principales analistas políticos del país en TV2. El que fue asesor entre 1998 y 2000 del líder liberal Anders Fogh Rasmussen, luego primer ministro y en la actualidad secretario general de la OTAN, negó saber del escándalo, pero admitió haber podido autorizar pagos a la supuesta fuente.
Aunque la Policía dice no tener pruebas concretas contra el informador, el banco Nordea, para el que trabajaba ahora indirectamente como consultor, ha prescindido de sus servicios tras saltar a la opinión pública un escándalo al que medios daneses se refieren ya como el News of the World de este país nórdico.
News of the World, uno de los rotativos más rentables del Reino Unido, fue cerrado en 2011 tras estallar un caso de escuchas en el que empleados pinchaban contestadores de móvil de famosos y gente corriente para obtener exclusivas informativas, un escándalo que ha desembocado en varios arrestos y un proceso judicial.
El desencadenante del caso danés es la reciente publicación de un libro de Ken B. Rasmussen, experiodista de Se og Hør que, en una especie de novela autobiográfica, relata su época en la revista y desvela cómo la fuente recibía unos 1.300 euros al mes por enviar SMS con informaciones de los movimientos de las tarjetas. Dos periodistas del semanario, uno de ellos Rasmussen, se encargaban del contacto con el informador, cuyo primer trabajo fue la luna de miel en Canadá de los príncipes Joaquín y Marie en 2008.
venganza Livet, det forbandede (La maldita vida) hace un mínimo juego de palabras y cambia el nombre de la revista por Set og Hørt, al igual que el de los principales afectados, pero permitiendo que sean fácilmente identificables. Rasmussen, que ha admitido haber escrito el libro en venganza por su despido hace dos años, asegura que mezcla ficción y realidad, que lo que aparece puede ser verdad o no y que quizás tenga pruebas.
Los hechos insinuados en el libro han ganado fuerza con las revelaciones del tabloide BT y de otros medios daneses. De acuerdo con BT, que dice poseer varios correos electrónicos que lo confirman, dos ex redactores jefe y catorce empleados sabían del espionaje y una exresponsable de la sección de actualidad de Se og Hør ha admitido a otro medio estar al corriente.
El actual redactor jefe del semanario, Nils Pinborg, con menos de un año en el puesto, ha negado cualquier conocimiento, pero según el rotativo Berlingske Tidende, la supuesta fuente sigue manteniendo estrecho contacto con miembros de la revista. Si se demuestra su implicación en el espionaje, los ex redactores jefe de Se og Hørse se arriesgan a hasta seis años de cárcel. El libro de Ken B. Rasmussen agotó en un día su primera tirada, pese a las críticas negativas por su baja calidad literaria.
"Algo huele a podrido en el reino de Dinamarca", como decía el guardia Marcelo en Hamlet hace ya más de cuatro siglos. ¿Terminará el escándalo como en Gran Bretaña?