Paolo Vasile, gran capo de Mediaset tomó hace unas temporadas la decisión de colocar un producto hecho en directo en la tarde de los fines de semana ante la tele enlatada que ofrecían las demás cadenas y para ello fichó a una veterana del negocio, que lo mismo manejaba micrófono de radio que se ponía ante cámara de tele para llevar a cabo la propuesta, con pocos medios y escasos recursos. La malagueña, ante tal panorama, sacó agenda y comenzó a invitar a cantantes, grupos musicales y personajes del la,la,la a un espacio pelín nostálgico y lleno de historia musical española y, de tal guisa, presentaba a Mocedades que mezclaba con un hijo del desparecido Fari. Y así, con lenta cocción, fue creando un producto que comenzó con timidez y hoy pisa con seguridad en la parrilla de programación de Tele 5 bajo el título de Qué tiempo tan feliz, que se ha convertido en el saloncito de estar donde la periodista va manejando a sus figuras canoras. De sobra es conocida la afición de María Teresa a la interpretación teatral y son de recordar las apariciones con el tristemente ido Francisco Valladares, la voz más sonora, poderosa y directa del elenco de actores/actrices que actuaba con MT o su hija del alma, Terelu. Pues bien, desde hace unas semanas, la Campos nos enjareta a medio programa un monólogo imposible de actualidad y crítica que pone mustia a la hortensia floral con la que supuestamente Campos dialoga, o mejor escupe estúpido monólogo con el que la presentadora no puede, ni siente, ni padece, trufándolo de morcillas mil y construyendo un nefasto ratito de tele de mesa-camilla y poco más. A buen seguro que ella estará gozosa de manifestar sus registros de diva de la escena, pero está visto que María Guerrero y María Teresa Campos no comparten el mismo decir del arte de Talía, así que MT, déjalo, que lo tuyo no es el teatro.
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