No le son ajenas las letras a Kepa Menéndez, ni mucho menos, pero ahora se ha adentrado en un terreno de la ficción literaria que hasta ahora no había visitado. La novela negra le sirve como estructura al autor nacido en Bilbao aunque residente en Gasteiz para armar su nueva propuesta a los lectores, un Operación U-92 donde los elementos habituales del género no ocultan, eso sí, que son más las cuestiones que se plantean en unas páginas que ya se pueden conseguir.

Sirviéndose de la realidad para inventar algo que podría estar sucediendo justo ahora, Menéndez lleva al lector a las elecciones alemanas de 2005, sólo que en el libro de ellas no sale como canciller Ángela Merkel sino Andreas Wiesle, líder de un partido ultraconservador cuya preocupación por el uso de la energía nuclear le lleva a granjearse no pocos enemigos dentro y fuera de su propio círculo. En verdad, él es un nombre de paja elegido por su grupo y la industria del átomo para paralizar las políticas de desmantelamiento nuclear impulsadas por su predecesor Gerhard Schröder. "Pero es entonces cuando se empiezan a suceder una serie de acontecimientos", describe el autor, aunque mejor parar aquí para no desvelar demasiado.

Eso sí, Menéndez apunta que a esta propuesta de un "perfil político y medioambiental" en la que también se mira a otros negocios como el del petróleo, se le une una "historia de amor" para construir una novela que, asimismo, "habla de esa costumbre que tenemos los seres humanos de dejar pasar las oportunidades que la vida nos presenta y que luego tendemos a lamentar; a todos los personajes que aparecen les pasa así".

Como un libro con gran carga ideológica define el escritor una novela que presenta a una serie de personajes que "se enfrentan a un mismo destino: cómo permanecer morales en un mundo inmoral", un argumento que, además, quiere ser una invitación a la reflexión sobre la explotación de los recursos económicos, la acción del poder, el papel de la política... Y es que aunque lo que Menéndez presenta en Operación U-92 sea una invención, la realidad se empeña muchas veces y casi todos los días en demostrar que cuando del ser humano se trata, todo es posible. "Hasta que no pasa un desastre no nos damos cuenta de lo que podríamos haber hecho para evitar determinadas cuestiones. Son esas lamentaciones las que también protagonizan el texto. Dejamos, dejamos y luego nos preguntamos para qué esperamos", comenta el autor.

En enero de 2011 empezó a tomar forma y fondo esta nueva incursión en el mundo de las letras de Menéndez, aunque el escritor quería probar retos nuevos y de ahí el acercamiento a la novela conspirativa. Sin embargo, meses después, un pequeño accidente le obligó a abrir un paréntesis en cuyo transcurso, por ejemplo, se sucedió el desastre de Fukushima en Japón. Y es ahora, en este final de año, cuando su propuesta deja de pertenecerle para ser ya de los lectores. "No sé qué reacciones esperar. De momento estoy recibiendo buenos comentarios, pero... Creo que es un libro que está muy bien detallado porque, entre otras cosas, yo soy así. He querido tener cuidado con toda la novela para acertar con jergas, comportamientos... Debes afinar mucho".