QUIENES pensaron que la moda de las trenzas era cosa de un día se equivocaban. Cierto que fueron las reinas de este verano, pero igual de cierto es que han llegado para quedarse durante el otoño... y en invierno prometen dar mucha guerra. ¿A su favor? Que son fáciles de hacer y que quedan bien a casi todas las formas de cara. ¿En su contra? Que las que no tienen una largura de pelo adecuada se las pueden ver y desear para que les quede aparente.
El negocio de la moda hace tiempo que se dio cuenta de las muchas (¡muchísimas! ) ventajas de trabajar en sus desfiles no sólo las prendas que lucen las modelos, si no el maquillaje y el peinado. De esta manera las tendencias que se asoman a la calle cada nueva temporada ya no son sólo en materia textil, si no que las firmas de cosméticos y de peluquería también marcan sus líneas a seguir. Pues bien, por si había alguna duda, las trenzas a un lado se han convertido en el podio de las tendencias. Y, es que, después de estar unas cuantas temporadas llamando a la puerta (cuando YouTube se puso en marcha allá por el año 2005, las trenzas se convirtieron en una sensación en Internet) han encontrado en la versión ladeada la llave del éxito. Por si fuera poco las celebrities se han encargado de hacerlas suyas y no se han cansado de lucirlas en todas las últimas alfombras rojas.
De todas maneras los que crean que lo de las trenzas es una novedad... nada más lejos de la realidad. Se trata de uno de los peinados más antiguos de la humanidad y además ha estado presente en casi todas las culturas. De hecho, los historiadores aseguran que en el 3.500 a.C. las mujeres ya las utilizaban para recogerse el pelo. Vamos... ayer.