madrid. Las grandes obras públicas y los proyectos de nueva planta forman parte del pasado. La arquitectura española, noqueada por la crisis, busca sus nuevas señas de identidad en la reconversión de espacios, la reutilización de materiales y la iniciativa ciudadana.

Los proyectos seleccionados por la XII Bienal Española de Arquitectura y Urbanismo (BEAU), que acoge desde ayer y hasta el 19 de enero Matadero Madrid, son un reflejo de esta situación, según explicó Fuensanta Nieto, codirectora de la Bienal, junto a Enrique Sobejano. "Nos tenemos que enfrentar a la arquitectura de forma diferente", dijo. Si antes la puesta en marcha de proyectos se daba "de arriba a abajo" -nacía de las administraciones-, ahora muchas veces "son las agrupaciones de vecinos y ciudadanos quienes promocionan los proyectos", explicó. Es el caso del Campo de la Cebada, uno de los quince premiados, un espacio en el centro de Madrid, resultado de una demolición, que está siendo transformado por la acción conjunta de vecinos, arquitectos y asociaciones vecinales con actividades sociales y culturales desde un punto de vista crítico.

El centro de arte contemporáneo La Conservera de Murcia, que era una antigua fábrica de conservas; la Cineteca del Matadero de Madrid o el Museo de las Peregrinaciones y la Ciudad de Santiago de Compostela, en un edificio gótico, son otros de los proyectos incluidos en la Bienal por su apuesta por la reconversión de edificios y la reutilización de materiales.