madrid. La elaboración de cerveza casera gana cada vez más adeptos, lo que está permitiendo que florezcan en Madrid catas, concursos, tiendas especializadas e incluso fábricas como la de Lest, en Colmenar Viejo, cuyo propietario convirtió en su empleo la pasión de innovar con variedades artesanales.
"La gente probaba el producto y siempre me lo demandaba, y cuando me di cuenta de que podía dedicar mi tiempo a algo con lo que verdaderamente disfruto, me decidí a dejar el trabajo y dedicarme en exclusivo a esto", dice Stefan Schmitt, el único trabajador de su fábrica, que produce cada semana 400 litros de cerveza.
Steffan se introdujo en el 'mundillo' con un curso para aprender a elaborar la bebida como los que ahora imparte él mismo. "A los quince días ya tenía mi equipo en casa. Hice la primera prueba en la cocina y no me quedó mal, y de ahí ya me fui aficionando", relata.
Unos años más tarde, Steffan abrió su propia fábrica en la que ha invertido 150.000 euros y desde la que comercializa tres variedades fijas de cerveza y algunas de temporada como una veraniega elaborada a base de limas. "Hay cervezas para todos los momentos: yo tengo una de postre negra, dulzona y con aroma de café. Gustó tanto que rompí el stock", bromea.
El interés por este tipo de bebida artesanal, que habitualmente no se filtra y a la que no se le inyecta gas de manera artificial, está permitiendo que Steffan viva de ello y aspire a producir cada vez más y más litros. "Estoy ampliando la producción porque cada vez es más demandada, y aunque intento darle mucha importancia al mercado de la sierra madrileña, mi cerveza se puede encontrar en más bares y en tiendas especializadas", explica.
Se trata de locales como el que gestiona Javier Llorente, otro amante de la cerveza que desde su tienda ubicada en el madrileño barrio de Embajadores despacha cervezas artesanas y vende también la malta y los equipos para elaborarlas en casa.
Coincidiendo con el boom de la cerveza, organiza cursos, catas y hasta un concurso en el que premiará las mejores cervezas de estilos específicos al que prevé presentarse Pedro Sanz, que se enganchó a hacer su propia cerveza tras conocer el proceso de elaboración en un viaje a Argentina y ahora, dos años más tarde, elabora su bebida en el salón de la casa de un amigo "con un par de ollas de treinta litros y unos fogones prestados".
"Nos picó la curiosidad y ahora vamos a un par de tiendas de Madrid a comprar los productos y aprovechamos para resolver dudas y seguir mejorando", relata Pedro.