A Coruña. La búsqueda de inspiración del artista a través de las historias reales del periódico de un día cualquiera. Este es el punto de partida de Paseo Astral, el último reto de Francesc Capdevila, Max, uno de los autores de referencia del cómic en España. Paseo Astral, concebido para ser expuesto en el stand del diario El País en la feria ARCO, ahonda en la habitualmente conflictiva relación de incomprensión mutua entre el cómic y el arte contemporáneo partiendo de un elemento común: la persecución de la musa de la inspiración. La prensa es la tercera incógnita de esta ecuación. Paseo Astral es un "viaje" en busca de la musa por las páginas del periódico, explicó ayer el propio Max en la presentación de la muestra que se puede visitar en A Coruña gracias a la celebración del salón internacional del cómic Viñetas desde O Atlántico.
El proceso creativo de Paseo Astral devolvió a Max a sus orígenes como artista, al trabajo manual para dar vida a los personajes lejos del ordenador. "Para mí también era una oportunidad de plantearme un nuevo desafío", subrayó. "Por primera vez en mi vida me puse a trabajar pensando únicamente en el original", explica Max; una forma de trabajar opuesta a la habitual en el mundo del cómic donde los artistas trabajan en función de cómo va a ser reproducido su trabajo. En apenas dos meses, Max dio vida a 46 viñetas en las que se contaba la historia a través de las noticias del diario El País del día 2 de enero. Un relato de cómic compuesto por historias cotidianas. Especialmente tentador, reconoce Max, fue integrar su ficción con el chiste de El Roto de ese día, uno de los "artistas a los que más admiro", subrayó.
Max, creador en los años ochenta de personajes de cómic como Peter Pank o Bardín, confía en el potencial de la historieta española para sobrellevar la crisis económica que está lastrando al sector. Tras haber alcanzado la mayoría de edad y haber roto la barrera del público infantil, el cómic en España se enfrenta ahora al reto de consolidarse con los problemas de distribución como gran amenaza, resalta Max, para quien las propuestas de financiación vía crowdfunding son solo una "buena solución puntual" pero no "un sistema habitual de funcionamiento" para la industria del tebeo.