vitoria. ¿Quién dijo que las despedidas eran tristes? Pues ni la una ni la otra. Jazzaharrean no está de despedida pero sí a tan sólo una jornada de ello. El penúltimo día de conciertos -el último que tomará el cantón de San Francisco desde Gora y Parral, establecimientos germen del evento-, del festival dará comienzo a partir de las ocho de la tarde con aires festivos para amainar, ya de entrada, el punto y final de mañana en el Helldorado.

Gipsy jazz y rumba serán los estilos dominantes en la primera actuación de este jueves. El nombre de la banda lo dice todo, Gypsy y los gatos rumberos es un grupo valenciano que cabalga sobre estos dos géneros para dejarse seducir, en ocasiones, por el folk balcánico a través de su formación clásica para la coyuntura (guitarra rítmica y solista, violín, contrabajo y percusión). Estilos presentes desde su primera maqueta Djangueando (2009). Y es que si Hendrix es el profeta del rock y camarón del flamenco, pocos discutirán la trascendencia que tuvo Django Reinhardt en el gipsy jazz. En todo caso, los valencianos aterrizarán esta tarde en Gasteiz con la intención de desgranar Swingaro, su última trabajo.

Desde Madrid llega la segunda formación de la noche con un estilo que casa a la perfección con el de sus antecesores. Cromática Pistona también vienen con la intención de dar a conocer su última referencia: Porca Miseria. Amparados por la voz de Hurricane Pistone -de ciertos aires amparanoicos-, la banda despliega un jazz frenético de aroma balcánico e incluso surfero. Los vientos (trompeta, saxo tenor y trombón) aportan grandes dimensiones a la propuesta que este año cerrará el tránsito del festival por la Almendra.

Mañana The Ballroom Kings y el burlesque Show de Evita Mansfield cerrarán, ya de manera oficial y previo paso por caja, un nuevo Jazzaharrean.