madrid. La gran escultura de alabastro de Eduardo Chillida Lo profundo es el aire (1995), valorada en más de dos millones de euros (2,6 millones de dólares), da la bienvenida en la galería Elvira González a los coleccionistas en la Feria Internacional de Arte Contemporáneo, ARCO, que abrió ayer sus puertas.

Junto a esta obra de Chillida destaca el pequeño bodegón cubista de Picasso, de 1919, que ofrece Leandro Navarro por 1.680.000 euros (2.244.000 dólares). Salvo otras excepciones, los precios más altos se sitúan en torno a los 500.000 euros (668.000 dólares), mientras que se puede adquirir una serigrafía de Damien Hirst por 4.000 euros (5.344 dólares). En general, en las piezas que han llevado las galerías se aprecia unas valoraciones más bajas, con el fin de paliar en lo posible el 21% del IVA cultural que se aplica a las obras de arte y que hace que las galerías españolas sean menos competitivas. A pesar de ello, desde primera hora que Arco abrió sus puertas a los profesionales, ya fueron varias las salas que pusieron puntos rojos a sus obras, como Ivorypress, que vendió la escultura Lámpara de mesa de Los Carpineros, por un precio de 30.000 euros (40.081 dólares) más IVA, además de obras de Jerónimo Elespe y Daniel Largon.

Destaca también en esta galería una escultura de Zaha Hadid, compuesta por cuatro piezas de mármol de Carrara, valorada en 185.000 euros (247.171 dólares) más IVA, y la pintura de Ilya y Emilia Kabakov, con un precio de 525.000 euros (701.432 dólares) más IVA. Otra gran escultura, en alabastro, de Jaume Plensa también se vendió a primera hora en la galería francesa Lelong, una de las veteranas en Arco.

Con obras de Juan Barjola, Óscar Domínguez, Pablo Gargallo, Joan Miró, Manolo Millares o Joaquín Torres García, entre otros, Leandro Navarro es de los galeristas que a primera hora ya había realizado varias ventas. "A pesar de la situación, la feria puede dar buenos resultados", comentó Iñigo Navarro, que se mostró muy animado y reconoció que muchos coleccionistas españoles se reservan para comprar en la feria, "mientras que la presencia de un buen número de galerías internacionales hace que hayan venido muchos coleccionistas de fuera". Manuel Blanco, comisario de Solo Objects, también estaba satisfecho, ya que nada más abrir una de las piezas que exhibe este proyecto, de la artista Anne Wenzel (galería Tatjana Pieters, de Gante), ya la había adquirido un museo holandés.

Representantes de museos e instituciones paseaban desde primera hora por los pabellones 8 y 10. Este era el caso de Pablo Jiménez Burillo, director del Instituto de Cultura de la Fundación Mapfre, que, con un presupuesto para compras que ronda los 500.000 euros (668.030 dólares), ya había comprado varias piezas, especialmente de fotografía española. En su opinión, la presente edición no es la mejor de Arco, "pero hay cosas interesantes que se pueden comprar. Es más pobre en fotografía que el año pasado, pero con cosas de enorme interés", aseguró a Efe.

Esta afirmación de Jiménez Burillo es una de las características de esta edición, en la que frente a un número menor de fotografía, de instalaciones y de vídeos, sin lugar a duda la gran triunfadora es la pintura. El momento no está para arriesgar, y eso se respira en las apuestas más seguras y comerciales que han hecho la mayoría de las galerías, también con precios más bajos y menos espectacularidad. Esto trae consigo que la feria sea más plana, algo que según los expertos ya viene ocurriendo desde la crisis de 2008.