Barcelona. Thiago Messi Rocuzzo, hijo de Leo Messi y de Antonella Rocuzzo, nació ayer en Barcelona, en la clínica USP. El jugador, en su cuenta en Facebook, escribió que se siente muy feliz: "Hoy soy el hombre más feliz del mundo, nació mi hijo y gracias a Dios por este regalo! Gracias a mi familia por el apoyo! Abrazo a todos". El nacimiento se produjo poco después de las cinco de la tarde. Thiago es el primogénito de la pareja. La madre fue ingresada a primera hora de la mañana y el jugador la acompañó en todo momento. Leo y Antonella, ambos de 25 años, son rosarinos y su relación se conoció hace tres años.
Este nacimiento, al que seguirán los vástagos de otros compañeros de vestuario en los próximos meses, evidencia cómo una generación de jugadores azulgranas ha alcanzado en los últimos años no solo la madurez futbolística, sino también la personal. El Barça de los bajitos crece y, ahora, le empiezan a salir los enanos. Ser padre cambia la vida, o al menos eso asegura el tópico. De eso sabe mucho uno de sus compañeros. La llegada del pequeño Dylan en agosto de 2009 coincidió con la explosión deportiva de Víctor Valdés, que le llevó a ser Trofeo Zamora cuatro veces consecutivas y coronarse como campeón del Mundo y Europa con España. Ya nadie recuerda la rebeldía juvenil de sus primeros pasos, como cuando con 20 años se atrevió a plantarse ante el técnico holandés Louis Van Gaal. El segundo hijo de Valdés está a punto de llegar, pero no será el único. En un auténtico baby boom en el vestuario, también serán padres en breve Gerard Piqué, Pedro Rodríguez y David Villa, en este caso por tercera vez. Procedente del hebreo, Thiago, de origen bíblico y variante de Santiago, significa El que sustituye. Ser el hijo de Messi no será fácil.
el peso del apellido A lo largo de la historia, los hijos de los cracks del deporte han tenido en sus manos un arma de doble filo: fácil acceso a la élite de sus disciplinas por un lado y una inevitable e injusta comparación con sus progenitores por el otro. El peso de apellidos como Cruyff, Beckenbauer, Maradona, Jordan o Merckx fue un fantasma que persiguió durante toda su vida a los herederos de las leyendas. "Es mucho más complicado de lo que la gente se piensa porque siempre pierdes en las comparaciones. Siempre hay una presión añadida que soportar cuando todavía no has llegado a la madurez. Lo sufres mucho", afirmó Jordi Cruyff. Tras cinco años en el Barcelona y el Manchester United, cayó en una espiral descendente hasta terminar en el fútbol chipriota. Una de las víctimas del apellido más resonantes es Edinho, el hijo de Pelé, que para diferenciarse de su progenitor optó por convertirse en portero y terminó siendo más famoso por sus problemas policiales que por sus hazañas deportivas. "Mi carrera como jugador comenzó con la presión del mundo entero, siendo famoso sin haber hecho nada y con una responsabilidad muy grande para la que no estaba preparado", reconoció. El hijo de Pelé tuvo sus años de gloria al defender durante cinco temporadas los colores del Santos, club en el que su padre es poco menos que una entidad divina, pero su mayor fama se gestó con sus dos detenciones, en 2005 y 2006, implicado en casos de narcotráfico. También hay ejemplos que ni siquiera pudieron alcanzar estabilidad en el primer nivel, como Stephan Beckenbauer o Diego Maradona Sinagra. El hijo del Kaiser estuvo dos temporadas en el Bayern Munich sin pena ni gloria a mediados de los 80 y finalizó su carrera en clubes de Segunda División. El caso de Maradona Sinagra es aún más duro: nunca fue reconocido como hijo por el Pelusa y su carrera se desarrolló entre clubes de tercera y cuarta división del fútbol italiano.
Para encontrar casos en que los hijos hayan superado a sus padres hay que escarbar en ejemplos donde los mayores se mantuvieron en la elite de sus deportes, pero no llegaron a ser leyendas: los Higuaín, los Sanchís, los Maldini, los Forlán... Lejos del fútbol existe una sintonía similar. Los hermanos Marcus y Jeffrey Jordan, hijos del astro de Chicago Bulls, decidieron abandonar el baloncesto en la Universidad de Florida a sus 21 y 23 años; Axel Merckx, hijo del ciclista Eddy, quíntuple ganador del Tour, estuvo siempre lejos de los logros de su padre, y Sergei Bubka junior, hijo del homónimo mítico saltador de pértiga, ocupó más titulares por su caída desde un tercer piso en París que por sus logros en el tenis, donde ocupa el puesto 186 del ranking.