barcelona. La crisis que erosiona el mundo de la cultura parece no hacer mella en el Salón del Manga de Barcelona, que ayer abrió sus puertas con un 50 % más de espacio expositivo y con los precios de las entradas "congelados", en un año donde la gastronomía japonesa y la serie Dragon Ball son protagonistas. Junto a Dragon Ball, el salón ha querido celebrar su mayoría de de edad dedicando un homenaje a la gastronomía nipona con la presencia durante los cuatro días del certamen de destacados chefs, como el catalán Ferran Adrià y el nipón Hiroyoshi Ishida, que el sábado ofrecerán una clase magistral en torno a los vínculos de la cocina mediterránea y la del país del sol naciente.

Precisamente, el matrimonio Ishida, formado por el chef y su esposa Tamiko, propietarios del exclusivo restaurante Mibu de Tokio; Toshiyuki Kubooka, director de Bersek, y Nozomu Tamaki, autor del manga Bailando con vampiros, han sido los primeros invitados en pasearse por un certamen que quiere mostrar que la gastronomía nipona está muy presente en el manga y el "animé".

El cónsul general de Japón en Barcelona, Takashi Fuchigami, que asistió a la inauguración, dijo que existe "una fuerte vinculación a través de la comida entre la sociedad japonesa y la catalana" y añadió que esta es "una oportunidad única para ir más allá del manga y conocer mejor otros sectores de la sociedad japonesa".

El salón barcelonés, que prevé superar la barrera de los 70.000 visitantes -muchos de ellos llegados de otros puntos de España aprovechando el puente de Todos los Santos- ha trasladado su sede al pabellón 2 de Feria de Barcelona, ya que las instalaciones que durante 17 años lo habían acogido en L'Hospitalet se habían quedado pequeñas ante el aumento de otakus (fans) del manga y el animé.

El nuevo emplazamiento supone pasar de los 11.000 metros cuadrados del salón en 2011 a los 17.000 en Montjuic, lo que se traduce en un aumento del espacio para stand de editoriales y empresas.