Madrid. Sanz vuelve a sonreir. Después de tres años de silencio discográfico, el español Alejandro Sanz regresa con La música no se toca, un nuevo álbum en el que el pop marca la pauta y que presentará en América Latina y en el Estado español en una gira que arranca el 10 de octubre en la ciudad mexicana de Puebla. Este nuevo trabajo discográfico, el noveno sin contar grabaciones en directo y recopilaciones, es "una oda a la música", una de esas cosas innegociables para el artista español, según manifestó ayer en Madrid en la presentación mundial del disco, que sale hoy a la venta y del que los dos primeros sencillos, No me compares y Se vende, han tenido ya un recibimiento notable entre su público. "Hay una cosa que hay que tener muy claro: lo que no se toca es la música, no es negociable", explicó el cantante sobre la elección del título del álbum, al que da nombre la primera de las canciones, una declaración de principios entre la balada y el himno.

"La música ha sido mi vida y es donde siempre me he dejado el alma", aseguró. "Hay ciertas veces que se confunde una canción con una aplicación de iPhone y mi afán es recordar que la música es algo más", reivindicó. Tras más de dos décadas de carrera en las que se ha convertido en uno de los artistas imprescindibles del ámbito iberoamericano y ha vendido más de 25 millones de discos, Sanz, a sus 43 años, ha querido rendir un homenaje a su pasión con 13 temas que están "al servicio de la emoción".

Para este trabajo ha cambiado de compañía discográfica. Lo publica Universal Music después de 20 años "maravillosos" con Warner pero tras los cuales el artista sintió que "había tocado techo" y que "necesitaba nuevas ilusiones".

El artista madrileño ha realizado una carrera en la que ha aunado el pop, la canción de autor y la balada romántica a los sonidos urbanos y, por supuesto, al flamenco. Ahora, con La música no se toca ha puesto sus composiciones en manos del productor colombiano Julio Reyes.