Vitoria. En la Torre de los Varona han sucedido muchas cosas a lo largo de los siglos, pero nunca nada parecido a lo que se vivió el año pasado por estas fechas con la celebración de la primera edición del festival DKastle. Puede parecer una locura intentar montar una gran fiesta electrónica en un lugar medieval y más en tiempos en los que el bolsillo tiembla casi cada día. Pero la experiencia funcionó y sus promotores no tenían otra opción, había que repetir. Dicho y hecho. La crisis no puede con todo, aunque lo intente. Así que el próximo día 28, otra vez con la colaboración de DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA, este singular y bello espacio ubicado en Valdegovía se pondrá sus mejores galas para recibir a todos aquellos que se sumen a un certamen que además, en esta ocasión, sonará también a otros estilos como el reggae dentro de un cartel compuesto por 20 artistas.

Las entradas para poder acudir a la cita ya están a la venta por 30 euros (se pueden conseguir a través de www.musikaze.com así como en el vitoriano El Conjuro y el bilbaíno Zerua Rock), pases que dan acceso a un montaje en el que habrá también una zona de mercadillo, diferentes ofertas relacionadas con el arte urbano, sorpresas y, en definitiva, más de 40 horas de música.

Más de 1.500 personas se apuntaron hace doce meses a la propuesta y eso que suponía toda una novedad y una aventura, máxime en un territorio en el que parece que lo que no sucede en la capital no tiene tirón. Todo lo contrario. Así que DKastle afronta un nuevo reto confiando en volver a seducir a un público que no sólo llega del País Vasco sino también de otras zonas limítrofes como Cantabria, Navarra y La Rioja.

De todas formas, un contexto tan especial como la Torre de los Varona necesita de un cartel que esté a la altura para, de verdad, cumplir con las expectativas. Y ahí, la organización ha vuelto a reunir a un buen puñado de grupos y Dj, con la electrónica y el dance otra vez como cordones umbilicales pero sin dejar de mirar al indie, el pop, el funk, el hip hop y el reggae.

La lista a los platos es interminable, con un nombre que destaca por su propio peso, el de Cristian Varela. Aunque comenzó en esto de la música desde que era un niño, el productor, compositor y Dj cumplió el año pasado dos décadas dentro del universo de la electrónica. Desde entonces, no ha parado, aglutinando además varios premios estatales e internacionales. De todas formas, junto a él estarán otros nombres propios que a buen seguro harán las delicias de los presentes. Es el caso del vitoriano Kike Pravda, que hace ya tiempo perdió la cuenta de sus presencias internacionales y que hace unos días lanzó su último trabajo.

También de la capital alavesa llegará el colectivo GKSounds con varios representantes en DKastle como Aitor Izquierdo, Beatwave, Dj Kenner y Diego Polo. Y a eso habrá que sumar a Soulrack & Mikel_E (otros bien conocidos), Dj Junior (durante mucho tiempo, la referencia de la vitoriana Santa Fe), el bilbaíno Dj Trampas, David Poo, el indio Hemu .Goa, el logroñés Ochoa, el también vizcaíno Alberto Jibaja, David Pereda, el alavés Dj Seks, Pepote y Dj Nead. Y todo ello sin olvidar a RdeRumba, Dj y productor de los aclamados Violadores del Verso.

Eso sí, entre tanto nombre propio, también habrá espacio para los grupos. Ahí estará, por ejemplo, el cuarteto Dorian, que tras recorrer México el pasado mes de junio llegará a Álava con su electro pop. Junto a la banda asentada en Barcelona se encontrarán también los donostiarras Thee Brandy Hips. Raincoat es el título de la última propuesta discográfica del combo, que sigue afianzando su mezcla de pop con noise, rock, indie y casi todo lo que pasa por delante de ellos porque si hay una palabra que puede servir para calificarlos esa es riesgo. Otros vascos, pero esta vez de Santutxu, son los componentes de Happy Morgue, que también serán de la partida. Su funk rock demoledor compartirá cartel con el funk electrónico de Mamba Beat, también bilbaínos de sobra conocidos por estos lares. Y para completar la propuesta, ahí estarán los alaveses Gobeo Bay, que pondrán el punto reggae a la jornada.

Con todos esos ingredientes se compondrá la segunda edición de un festival al que ya sólo le faltan dos cosas. La primera, como siempre, el público. La segunda, como es lógico, que el tiempo se comporte. A partir de ahí, la música y la fiesta están aseguradas.