vitoria. En el año en que los ecos de Gernika se prolongan a nuestro alrededor, entre esas mismas vibraciones de injusticia viven muchas otras. Por ejemplo, las de Estepan Urkiaga Lauaxeta. "Precisamente lo cogieron preso en Gernika, cuando estaba enseñando las consecuencias del bombardeo a unos periodistas franceses", recuerda el concejal jeltzale Iñaki Prusilla, que anunció ayer que el grupo municipal del PNV presentará una moción en el pleno del 25 de mayo pidiendo que la escultura en honor al escritor y periodista se coloque en la plaza de la iglesia de El Carmen, acompañada de un homenaje a su figura que tendría lugar un mes después.
¿Por qué ese lugar y esa fecha? Porque "pasó los últimos días de su vida en ese convento, que funcionaba como cárcel durante guerra y posguerra". Porque el 25 de junio de 1937 Lauaxeta era fusilado en la tapia del cementerio de Santa Isabel, dejando pese a su corta edad -32 años- una amplia y contundente producción literaria como legado.
Para conmemorar la figura del prolífico e intenso autor euskaldun, que contaba hasta hace poco con la presencia de su busto frente al Gobierno Vasco, Prusilla conminó a Lakua y al gabinete de Maroto al traslado de la escultura y al tributo al cofundador de Euskaltzaindia, que con sólo 24 años publicó su primer poemario, Bide barrijak. Cuando "en Europa están asomando de nuevo los totalitarismos", al concejal le pareció que se da un momento propicio para este tipo de iniciativas, porque "la democracia también se debilita cuando se olvida lo que ha ocurrido".