"En el caso de una buena parte de los tertulianos del debate de Gran Hermano (1.870.000 espectadores), la exigencia a la expulsada Noemí de una conducta moral intachable, sin mácula. Ha mentido en pequeños detalles, ha ocultado un escarceo carnal con un concursante brasileño para no herir al concursante en España que le gusta, al que quiere. Pues bien, parte de la audiencia y algunos de los comentaristas la han marcado para siempre: es una adúltera. ¿Habrá que lapidarla o, más en sintonía con la tradición nacional, quemarla en la hoguera?"
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