"Ya ha conseguido un buen dato para la alegría de sus conductores. El Número Uno no es un reality al uso. Los concursantes se van a sus casas y pueden permanecer atentos desde ahí a las críticas y a la repercusión de sus actuaciones. Lo mejor del Numero Uno es que los participantes ya son artistas. Algunos ya han pasado por otras preselecciones de concursos de canciones, como es el caso de Sebas que intentó ir a Eurovisión el pasado año. En una actuación magistral, pero por la que fue desbancado por Lucía Pérez (quien se llevó el gato al agua por el fervor gallego)".
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