Mira Bernabeu podría salir en algunas de las fotografías de su propia exposición. En un arte -contemporáneo- cada vez más transversal, su presencia tendría espacio en el marco que acoge a los artistas, a los galeristas y, desde este último trabajo, a los teóricos. Junto a instituciones y coleccionistas, éstas son las castas que ha estudiado y a las que ha dado altavoz en su último capítulo del proyecto Panoramas, una huella que se dibuja en forma de libro y exposición, la que acoge la galería Trayecto hasta el próximo 3 de febrero.
Ha sido uno de los proyectos más largos del artista valenciano, que confiesa tener últimamente "menos prisa" que nunca. "No tengo la necesidad de ser artista, reconoce, mientras sigue abriendo su abanico al aprendizaje constante. Por eso, cuando recibió la propuesta de Javier Duero, responsable del ya extinto Performing Arco, se disparó en su interior algo más que un mero calco de sus series fotográficas colectivas. El marco de la feria era "un momento perfecto para analizar el mundo del arte", desde la propia expresión artística y desde las opiniones de sus actores.
Como la luna, Bernabeu se planteó cuatro fases. En la primera, y con la ayuda de cinco colaboradores, contactó con los cinco estamentos artísticos, de los que pidió opinión coyuntural a través de entrevistas y encuestas. Si esta participación a nivel escrito fue masiva, la que convertía a los protagonistas en activos de sus obras no lo fue tanto, sobre todo en el apartado institucional. Por una vez, muchos no querían salir en la foto.
La segunda parte consistió en esa "puesta en escena", a lo largo de la feria de arte contemporáneo, reuniendo en una carpa a los seis estamentos -se añade el del público- y retratando a quienes quisieron tomar parte en la iniciativa, recogida también en vídeo.
Tercera y cuarta fase se reparten entre la publicación del libro y el desarrollo de la muestra, cuya primera itinerancia -tras su estancia en la patrocinadora Universidad Complutense de Madrid- acoge la galería vitoriana, donde se puede ver por primera vez la publicación, a la que Bernabeu atribuye el 70% de los esfuerzos de la iniciativa. El volumen "recopila ideas y opiniones más que limitarse a girar en torno a una sola cosa", y el autor asegura que "es muy fácil de leer, tanto para personas que están dentro del arte contemporáneo como para cualquier lector".
Más que un catálogo, lo bautiza por ello como "libro de consulta" que documenta los últimos los dos últimos años del sector, "dejando hablar a las diferentes voces, dando un esbozo de lo que está sucediendo". Voces que han sorprendido a Bernabeu, que cree que "la gente sí se ha mojado a la hora de dar una opinión sincera", que llega después del prólogo con el que él mismo abre las páginas de este análisis.
Más allá de este testimonio colectivo, fotografías y vídeos completan el armazón de Panorama (New economy). Serie Mise en scène XIII. 2010-2011, ya que, por ejemplo, "también la cantidad de gente que ha aceptado salir en las fotos tiene un significado concreto". Hay más artistas que coleccionistas, más críticos que instituciones. Puede ser por estadística o por ausencia de voluntad. Cada uno puede sacar las conclusiones de los retratos de un artista al que cada vez le interesa más "lo que es el proceso".
En forma de pentágono, las imágenes conquistan Trayecto, hablando sin querer -metáfora con el inexpugnable ministerio de Defensa estadounidense- de la férrea compartimentación del arte, lejana ya la simple distribución artista-mecenas-público. "Lo que debiera esperarse es que el orden se modifique", apunta el coordinador de la galería, Fernando Illana, que también toma parte en el libro. Que también es juez y parte. Que también podría salir en más de una foto.