Madrid. Tras su reingreso en la Academia de Cine, Pedro Almodóvar ha recibido una "bienvenida generosa", en palabras de su hermano Agustín, al ser La piel que habito nominada a 16 premios Goya y alzarse como favorita por delante de No habrá paz para los malvados y la sorpresa de esta edición, Blackthorn. Almodóvar, que ya venció en los Goya con Mujeres al borde de un ataque de nervios, Todo sobre mi madre y Volver y se fue de vacío con Átame y Hable con ella, compite por los premios de mejor película y director con No habrá paz para los malvados, de Enrique Urbizu; La voz dormida, de Benito Zambrano, y Blackthorn, de Mateo Gil.
Frente a la dramática claustrofobia de La piel que habito, Urbizu acapara catorce nominaciones con un thriller expuesto al sol de justicia del extrarradio madrileño, Zambrano opta a nueve premios por su visión femenina de la posguerra española en La voz dormida y Gil se atreve con el western crepuscular en Blackthorn, que es finalista en once categorías.
Urbizu se mostró "muy a gusto" con las 14 nominaciones y auguró que "algún premio caerá" pese a ser película "a priori tan dura, con un personaje tan árido" interpretado por José Coronado que hace, según el realizador, "un pedazo de trabajo".
La interpretación de Coronado como un policía heterodoxo, que se enfrentará a un vulnerable psicópata interpretado por Antonio Banderas en el filme de Almodóvar, al hispanoalemán Daniel Brühl de Eva -filme omnipresente en los apartados técnicos hasta lograr 12 nominaciones- y el habitual Luis Tosar por Mientras duermes.
No han entrado ni Sam Shepard ni Eduardo Noriega, pese a su careo interpretativo en Blackthorn. La adaptación del libro de Dulce Chachón La voz dormida ha colocado a varios miembros del reparto en liza: María León, actriz revelación; Anna Wagener, actriz secundaria; Marc Clotet, actor revelación e Inma Cuesta, actriz principal. Cuesta tiene dura competencia: Elena Anaya, relevo de Penélope Cruz como musa de Almodóvar; Verónica Echegui, tabla de salvación de Katmandú, de Icíar Bollaín, y la mexicana Salma Hayek, por La chispa de la vida, de Álex de la Iglesia.
Armendariz Bollaín y De la Iglesia, exvicepresenta y expresidente de la Academia de Cine respectivamente, no han repetido suerte este año y han pasado a la categoría de grandes olvidados, junto a Mientras duermes, de Jaume Balagueró, o No tengas miedo, de Montxo Armendáriz, que han tenido tan solo una nominación para sus intérpretes. Torrente 4, a pesar de haber salvado los resultados de la taquilla del cine español en 2011, ni siquiera ha sido incluida en los apartados técnicos.
La XXVI edición de los Goya celebrará su gala, presentada por Eva Hache, que reemplaza a Andreu Buenafuente, el 19 de febrero.