Vitoria. Fue en 1992 con El sueño de una noche de verano. Se celebraba por entonces la decimoséptima edición del Festival Internacional de Teatro de Gasteiz, una cita especial puesto que el certamen volvía en ese momento a llevarse a cabo en el Principal tras la compra de las tablas de la calle San Prudencio por parte de las instituciones públicas y su reforma integral. En ese contexto se estrenaba en la capital alavesa y su certamen escénico de referencia una nueva compañía vasca, Ur Teatro (surgida en 1987) y lo hacía con la ya mencionada comedia de Shakespeare.
A lo largo de estas casi dos décadas, el grupo ha visitado en más de una ocasión la capital alavesa, dejando siempre constancia de su sello personal, una relación que volverá a vivir mañana un nuevo episodio. Será otra vez en el marco del Festival Internacional de Teatro. De nuevo, tendrá lugar en el Principal. Y, cómo no, tendrá a Shakespeare como excusa perfecta.
Tras la inauguración del certamen la semana pasada de cara tanto al público adulto como al familiar, el certamen sigue camino con un Macbeth que mantiene las esencias pero que está pasado por el tamiz de Helena Pimenta, sin duda, una de las mujeres clave de la escena estatal desde años, nombrada hace poco directora de la Compañía Nacional de Teatro Clásico. La cita será a las 20.30 horas en un céntrico escenario gasteiztarra que todavía tiene entradas a la venta por 6, 12 y 18 euros.
"Volver a este teatro siempre es emocionante", dice José Tomé, que se desdobla en esta nueva producción prestando, por un lado, sus dotes interpretativas al personaje principal de la obra y, por otro, poniendo a disposición de sus compañeros su labor como escenógrafo y responsable del apartado audiovisual que compone la propuesta. "Visitar a los clásicos sirve, entre otras cosas, para arañar algunos espectadores más, algo interesante en estos tiempos, pero también es peligroso puesto que la gente puede pensar que ya no tienes nada nuevo que ofrecerle sobre el título en cuestión. A nosotros, por ahora, nos va bien y la experiencia está siendo buena", comenta.
Para que las sensaciones positivas se repitan en la capital alavesa, la fórmula de Ur no cambia. Por un lado, se encuentra un Macbeth, traducido por la propia Pimenta, que transita frente al público un camino que le lleva de héroe a villano. "Hemos querido relatar un cuento que es tremendamente contemporáneo", una historia sobre el mal en su acepción más genérica.
A la fuerza del texto del dramaturgo inglés, la compañía suma, además, parte de la versión operística que en su día realizó Verdi, sirviéndose para ello del trabajo realizado por el músico vasco Iñaki Salvador y de la interpretación en directo de ocho componentes del Coro de Voces Graves de Madrid.
Pero ni la música ni, sobre todo, la palabra recitada y la cantada están solas en el escenario. La apuesta dirigida por Pimenta pasa también por la utilización de imágenes en alta definición y el juego con la visión del espectador y la profundidad de la escena.
De esta manera, lo que se cuenta y la manera de hacerlo se ponen al servicio de Ur para llevar al personaje de Shakespeare hasta los tiempos actuales y hablar de la maldad, de la ambición, del poder y de la traición. "Nuestro Macbeth es gótico", define Tomé, que explica que la compañía ha mantenido la presencia de las brujas y los fantasmas.
Así se construye una propuesta que mañana se estrena en Euskadi y que tras pasar por Gasteiz llegará, a finales de mes, a Bilbao.