Los Ángeles/Bilbao. Mostrar fotos sugerentes ha sido algo que ha acompañado a Demi Moore (Nuevo México, EE.UU., 1962) desde hace años y ahora, que va a celebrar su sexto aniversario de boda con la también estrella del celuloide Ashton Kutcher, no iba a ser menos. Así las cosas, la guapa de Moore ha regalado a sus seguidores una fotografía como Dios la trajo al mundo. De espaldas, con unas gafas de sol oscuras y la melena al viento aparece la actriz en la fotografía que ha publicado en su Twitter personal -por cierto, que en su cuenta no aparece su nombre como tal sino el de mujer de Kutcher, dejando bien clarito quién la desposó: twitter.com/mrskutcher).

Tal y como se puede apreciar en la imagen, la actriz de 48 años aparece en el baño, en donde el espejo es su mejor aliado. En su cuenta de la red social, Moore ha agregado la siguiente frase: "Recuerden... ustedes tienen sus propias espaldas". Un comentario que puede que tenga significado para sus más allegados, aunque no parece serlo para la gente corriente. No obstante, varios de sus más de tres millones de seguidores de Twitter (ella está apuntada a la cuenta de 228 twiteros) han respondido a semejante regalo con frases como "eres mi sueño de mujer", "estás hermosa, como siempre" o "¡qué espalda tan sensual!". Y razón no les falta a los ciberseguidores de la atractiva protagonista de Coacción a un jurado, ya que cuando le quedan menos de dos primaveras para cumplir la mitad de siglo, tiene la suerte de lucir un cuerpazo, sin importar la situación en la que se encuentre.

Pero Moore, de nombre de pila Demi Gene Guynes, ya tiene una larga carrera de desnudos, varios de los cuales han dado la vuelta al mundo. Entre los más destacados está el realizado en la película Striptease, de 1996, en el que encarna a una madre en apuros obligada a trabajar de bailarina en un club de alterne, para recuperar la custodia de su hija. Sin desmerecer el trabajo del resto del equipo, la verdad es que no son pocos los que opinan que el desnudo de la actual señora Kutcher salvo la película. Y junto a este destape, por el que la actriz se embolsó uno de los mayores pellizcos de la época, uno anterior, de agosto de 1991 provocó una oleada de discusiones a lo largo y ancho de su siempre polémico y extremo país. Moore lució, desnuda, un embarazo de siete meses para una portada de la revista Vanity Fair. "Mercantilización del sexo femenino", criticaban algunos; "el arte no tiene fronteras", los otros. Pero por encima de toda opinión, es innegable que los años no le afectan.