"Lejos de abandonar la civilización y recluirse de por vida en una cueva de las montañas afganas, Ortega Cano regresará en breve a revistas y televisiones, de las que recibirá miles de jugosos euros por unas intervenciones que carecen de sentido, interés y credibilidad. Lo importante no es la verdad. Lo importante es hablar: el relleno de páginas y programas huecos. Ahí tienen a Rubalcaba, que niega al maestro y asegura sin despeinarse: "Yo no lo hubiese hecho así (la reforma constitucional)".
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