madrid. Con un talento magistral para destripar las miserias humanas, Brecht Evens acaba de aterrizar en el mercado español con Un lugar equivocado, una novela gráfica que explora los intrincados caminos de la mente y la curiosa manía de las personas por amargarse la existencia. La obra se desarrolla a lo largo de tres fiestas, cada una protagonizada por un personaje distinto: Gary, Noemi y Robbie. A través de las interacciones personales y emocionales, el lector podrá descubrir el carácter de este trío, explorando sus miedos, esperanzas, complejos y alegrías.
Gary, Robbie y Noemi son arquetipos en los que mucha gente se verá reflejada. "A Gary lo dibujé pequeño y gris, porque es un chico tímido y desesperado por un poco de atención", explica Evens (Gante, Bélgica, 1986). "Noemi, dibujada en rojo cereza, está triste por una reciente ruptura, pero entonces conoce a Robbie, que se convierte en el centro de su atención por un tiempo. Robbie, que se representa en azul, es como un pavo real, el animal más grande de la fiesta, el que siempre brilla por encima de todos", plantea. "Le di a cada personaje su propio color, de forma que hasta los diálogos tienen esa misma tonalidad", apunta el autor de Un lugar equivocado (Sins Entido). Por su propio carácter, Gary jamás cumplirá sus sueños; Noemi se encuentra bastante cohibida, pero hay esperanzas de que consiga ser feliz; Robbie, por su parte, es un hombre encantado de haberse conocido, el que disfruta de la vida como si no existiera el mañana. "Es un libro lleno de tensión, dificultad social y anticlímax. Los personajes terminan convirtiéndose en caricaturas de lo que la gente piensa de ellos. Pero tienen altas expectativas sobre lo que deberían ser sus vidas y a veces, durante un instante, se atreven a cambiar su forma de actuar", dice.
"El lugar equivocado está en nuestras propias cabezas, en nuestros pensamientos; es el círculo vicioso de la gente que no te gusta, que hace que no te gustes a ti mismo y que provoca que no le gustes a los demás", advierte Evens, que obtuvo por este cómic el Premio de la Audacia en el último Festival de Angoulême.