Vitoria. Sin empezar siquiera, el Azkena Rock Festival ya ha cuajado dos veladas. Tras la propuesta del conservatorio, ayer Mike Farris tomó los muros de Santa María para cautivar a los fieles de la música. El soul fue moneda de cambio en el templo gótico, que se convirtió una vez más al lema Abierto por concierto para una cita que inauguró la colaboración entre templo y certamen. Otra apuesta pionera que tiene visos de repetirse en el tiempo, extendiendo la red del macroencuentro por la ciudad.