Vitoria. En la memoria se empiezan a perder ya los nombres. Y a la lista no hacen más que sumarse más. Montehermoso y la Facultad de Bellas Artes de la Universidad del País Vasco siguen avanzando en su intención de abrir los espacios expositivos del centro cultural gasteiztarra a jóvenes creadores que están en pleno proceso de profesionalización a través del ciclo Next. Han pasado muchos y los que quedan, todos ellos seleccionados por la ocasión. Valores, si es que se puede utilizar esta palabra en este contexto, que se muestran ante el espectador buscando avanzar en sus trayectorias.

El espacio de lo alto de la colina inauguró ayer dos nuevas entregas del programa que se podrán ver tanto en el ambigú como en una sala cercana al Depósito de Aguas hasta el próximo 29 de mayo. En este caso son Sahatsa Jauregi Azkarate y Héctor Rey quienes se hacen protagonistas a través de sus piezas.

Entre las paredes contiguas al Jardín de Falerina, se encuentra Duro-duro, un montaje que la joven creadora nacida en Brasil ha realizado de forma específica para el lugar, aunque esto no sea requerido en un principio. Diferentes artefactos a modo de esculturas y de murales (dando en ocasiones la apariencia de altares) dialogan en este caso con el espectador generando sinergias entre las formas y las imágenes, componiendo pequeños universos en teoría distantes pero que se terminan por relacionar.

La autora se licenció en Bellas Artes por la UPV en 2007 y desde entonces ha realizado cursos de doctorado. Su trabajo fue seleccionado para la muestra Ertibil de 2009 y este año ha sido seleccionada en el Certamen de Artistas Nóveles de la Diputación de Gipuzkoa.

Siguiendo el recorrido iniciado por Jauregi, bajando las escaleras hasta casi desembocar en el Depósito, se encuentra, por su parte, el artista asturiano Héctor Rey con No existe el cielo. En su caso, no sólo llama lo que se ve, también lo que se puede escuchar porque el autor aprovecha, como por otra parte es normal, su formación e inquietud musical (de hecho, acompañó ayer la inauguración con un concierto).

Construcciones de madera, imágenes inconexas y elementos cotidianos llevados a un contexto distinto se fusionan en un vacío del que cuelgan tres cascos diferentes para poder, por así decirlo, ver con los oídos.

Rey, nacido en Oviedo, se licenció un par de años después que su compañera ahora en Montehermoso, también en Leioa. En la actualidad realiza un posgrado en la UPV, algo que compagina con su actividad musical tras haber finalizado sus estudios de violín.

Tanto él como ella coinciden ahora en Montehermoso, en una senda que tal vez algún día les devuelva al centro cultural con más camino recorrido y, sobre todo, con la experiencia aprendida de que no es necesario envolver lo que se hace en discursos repletos de palabras y conceptos en teoría elevados. Las cosas, a veces, son más sencillas de hacer y de decir.

Con todo, el frescor de sus propuestas merece sumergirse en el fondo y en la forma, en dos exposiciones que ya se pueden disfrutar en lo alto del Casco.