Vitoria. Con la última frase de Risas y destrucción nació Sí, pero no lo soy, y con sus palabras finales se empezó a construir Días estupendos. Y con estos tres títulos se ha levantado una trilogía sobre el ser humano y la búsqueda de sí mismo, una historia compuesta de muchas otras en las que a través del humor pero también de la propia dureza de la vida se hace una radiografía a los sentimientos, momentos y reacciones de cualquier persona.
Cada espectáculo ha tenido su sentido dentro de ese marco general. Ahora toca hablar de la pérdida de la inocencia, del despertar de repente. Hoy, el turno le toca a Gasteiz. Hasta el escenario del Jesús Ibáñez de Matauco, en el centro cívico Hegoalde, llega el Centro Dramático Nacional y La Zona, a partir de las 20.30 horas para poner en escena la última criatura del pamplonés Alfredo Sanzol, padre de la trilogía y uno de los autores de moda más allá de la escena alternativa en la que se le ha ubicado durante varios años.
Aunque han pasado ya unos años, seguro que los más fieles a las tablas alavesas se acordarán del final del Festival Internacional de Teatro de Vitoria de 2008, cuando el Principal se llenó para reír y reflexionar con Sí, pero no lo soy. Desde entonces ha llovido lo suyo pero los espectadores podrán encontrar esta noche varias similitudes. Para empezar, el reparto, que se ha mantenido casi inalterable desde Risas y destrucción, creciendo con el propio proyecto.
Elena González, Natalia Hernández, Pablo Vázquez, Juan Antonio Lumbreras y Paco Déniz se van entrelazando una vez más en los distintos sketches que conforman estos Días estupendos. Con estas dos palabras marcadas por el final de la segunda parte de la trilogía, Sanzol hizo lo mismo que en las dos ocasiones anteriores, es decir, introducirlas en Google y ver qué aparecía. El dramaturgo se encontró con muchas referencias al verano y se decidió a ubicar en este tiempo su última entrega.
"El verano es un tiempo en el que la personalidad sufre el cambio más brusco de todo el año. Proyectamos fantasías, realidades que nos gustaría vivir, esperanzas de paraísos… y queremos que todo se realice en ese breve tiempo en el que podemos romper con la actividad habitual para meternos en una especie de burbuja. El verano es un tubo de ensayo en el que aparecen las voces que permanecen normalmente ocultas produciendo una experiencia de realidad paralela", dice el autor. Y bajo esas premisas se mueve el montaje que ahora llega al ciclo JIM Aktual, esa ventana abierta por la Red Municipal de Teatros a lo más alternativo y vanguardista con la colaboración de DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA.
"Mi escritura trata de conocer y comprender al ser humano, y me gustaría decir que se compromete de manera compasiva a la hora de entender los inesperados giros vitales que sufrimos, o que disfrutamos, a la hora de aceptar las contradicciones en la manera de actuar", apunta Sanzol a la hora de situar su proyecto escénico.
Al espectáculo, que arrancará a las 20.30 horas, ahora sólo le falta el público. Las entradas están a la venta por diez euros, aunque los menores de 30 años tienen un descuento del 50%. Sobre las tablas espera el verano, el humor, el despertar a la vida, el Centro Dramático Nacional y La Zona, el final de una trilogía.