El arte flamenco y las redes de pescadores sirvieron de inspiración para las creaciones del próximo otoño-invierno de Vitorio&Lucchino y Hannibal Laguna, que se presentaron ayer en la segunda jornada de Cibeles Madrid Fashion Week.

Del flamenco ha bebido la colección de la pareja de creadores sevillanos, en la que no abandonan las señas de identidad de la casa: los volantes y los bordados. Aunque no es la primera vez que se inspiran en este arte tan andaluz, en esta ocasión se han puesto más sobrios, utilizando una paleta monocromática basada casi exclusivamente en el negro combinado muy ocasionalmente con el berenjena. Hannibal Laguna iluminó la mañana con una colección sacada del fondo del mar, para la que ha encontrado inspiración en el hobby que comparte con la moda: el submarinismo. Bajo siluetas escultóricas, los vestidos-joya del venezolano afincado en Madrid recrean el fondo del mar, mezclando tejidos que dan como resultado un perfecto color agua marina. Las ondas en escotes y cuellos de sus clásicos vestidos con formas orgánicas ayudan a simular las caracolas mientras que el tafetán plisado emula las cascadas de coral negro. Amaya Arzuaga cerró la mañana con una colección muy serena, marcada por el negro y el piedra con toques de cereza y humo, en la que la burgalesa trata el punto como tejido para confeccionar largos vestidos de rayas. Faldas de lana, vestidos-camiseta y abrigos de pelo de conejo con cancán en tonos sorprendentes como el verde esmeralda marcan la colección de la diseñadora, en la que no faltan sus faldas minis de amplio volumen.

Por la tarde, las prendas coloristas de Agatha Ruiz de la Prada convivieron con las propuestas femeninas de Roberto Torretta y con el estampado artístico de Montesinos. La diseñadora presentó una colección sin nombre, con mucha luminosidad y más ponible de lo habitual, en la que el uso y dominio del color estuvo presente. Como no podía ser de otra manera, el corazón en diferentes tonos y tamaños sobre vestidos, camisetas, pantalones y complementos fue el denominador común de la colección. En cuanto a Torretta, a lo largo de sus 41 salidas se vieron dos tendencias muy claras: la primera, dominada por siluetas estrechas con pespuntes futuristas, y la segunda, centrada en prendas amplias y trajes de corte masculino. La lana, la gasa, el satén y el cuero se mezclaron entre sí con "el fin de enriquecer las prendas", dijo el diseñador.

En cuanto a Francis Montesinos, no es la primera vez que su costura se alía con la pintura. En esta ocasión con la obra del pintor y escultor norteamericano Matt-Lamb, que ha puesto a disposición del creador valenciano diversas pinturas para crear los estampados de la colección. A tejidos de toda la vida como la raya diplomática, el príncipe de gales o la espiga, Montesinos les impuso su personal sello con bordados geométricos y estampaciones del pintor.