VITORIA. El genial compositor británico John Barry falleció el domingo a los 77 años de edad a consecuencia de un ataque cardíaco, según informó ayer la cadena BBC. Era autor de las bandas sonoras de muchas de las películas de la serie James Bond, y escribió también las partituras de filmes tan recordados como Bailando con lobos (1990), Memorias de África (1985), El león en invierno (1968) y Nacida libre (1966). Con estos cuatro títulos logró el Oscar a la Mejor banda sonora y con la última consiguió además una estatuilla extra por la Mejor canción.
Considerado uno de los más grandes compositores de bandas sonoras de la Historia del cine, nació en York en 1933. Desde su más tierna infancia parecía estar predestinado al Séptimo Arte, ya que, según algunas biografías, el joven Barry trabajó como proyeccionista en la cadena de cines de su padre. Aprendió a tocar el piano y la trompeta y un curso por correspondencia cimentó su interés por la música. Aunque había militado en alguna banda local de jazz, su primera incursión seria fue el grupo que bautizó con su propio nombre, The John Barry Seven, con el que obtuvo un incipiente y notable éxito a mediados de los años 50. En una entrevista publicada hace años, Barry reconocía que su intención inicial no era escribir para cine, sino ser concertista de piano. "Hasta que me di cuenta de que no tenía memoria. ¡Y sigo sin tenerla!", bromeaba. "Componer significa una agonía para muchos que no quieren ver el papel en blanco sobre el piano, pero yo adoro estar solo o trabajando en el estudio donde puedes trasladar tu música a la orquesta. Hay algo en la ciencia de la composición y la grabación que me fascina".
Al servicio de su majestad Su tránsito al cine lo facilitó sin suda la popularidad adquirida junto a The John Barry Seven. Su primera partitura original fue Beat Girl (1960) y pronto llegó una de sus más recordadas contribuciones, aunque su nombre no aparezca en los títulos de crédito. La primera adaptación de las aventuras del personaje de Iam Fleming, Agente 007 contra el Dr. No (1962), iba a contar con Monty Norman como compositor, pero su trabajo, al parecer mediocre, no convenció al estudio. Barry fue reclamado para arreglar el desaguisado y, de paso, imprimó el sello definitivo a la característica música sin la que hoy no podrían concebirse las películas de James Bond. Aunque la paternidad de esa primera misión al servicio de su majestad fue objeto de discusión y litigio durante años, nadie discute a Barry la autoría de las bandas sonoras de once títulos posteriores de la serie, entre los que destacan Desde Rusia con amor (1963), Goldfinger (1964) -su canción principal desbancó al White Album de The Beatles del número uno en EEUU-, Sólo se vive dos veces (1967) o Moonraker (1979). Los temas principales de algunos de esos trabajos los cantaron, entre otros, artistas como Shirley Bassey, Tom Jones, Nancy Sinatra o Duran Duran.
hay música después de 007 El británico escribió más de un centenar de partituras, y en algunas brilló especialmente, como en la de El león en invierno (1968), un filme histórico de Anthony Harvey con Peter O"Toole y Katharine Hepburn como protagonistas. En ese mismo género también destacó por su trabajo en Zulú (1964), El último valle (1970) o María, reina de Escocia (1971).
Barry es, asimismo, responsable de la música de remakes de cintas de aventuras como King Kong (1976) y Robin y Marian (1976), y firmó, entre muchas otras, las composiciones de La jauría humana (1966), Cowboy de medianoche (1969) -de este filme quizá sea más conocido el tema original cantado por Nilsson, Everybody"s talking-, Fuego en el cuerpo (1981) y Cotton Club (1984)-que incluye clásicos de astros del jazz como Cab Calloway y Duke Ellington-.
Su carrera repuntó y vivió otro momento dulce gracias a las bandas sonoras de Memorias de África (1985), la historia de amor en la que Sidney Pollack unió a Meryl Streep y Robert Redford, y Bailando con lobos (1990), la epopeya en clave de western dirigida y protagonizada por Kevin Costner. Barry dejó de componer para el cine en la película Enigma (2001), aunque antes puso música a Chaplin (1992), El especialista (1994) y La letra escarlata (1995), entre otras. También trabajó para la televisión y alumbró espectáculos musicales.
Estuvo casado cuatro veces, una de ellas con Jane Birkin, y fue padre de cuatro hijos.