Como todo programa cíclico que se precie, el Flamenco del Siglo XXI volverá este año a levantar las palmas del respetable gasteiztarra con una nueva remesa de artistas con label del sur peninsular. Pero, además de seleccionar a un brillante puñado de creadores del género andaluz por antonomasia, Hegoalde demuestra este año que también la casta surge sin cuna, que también el duende habita más allá de los paisajes meridionales, de los ecos de sierra Morena. También el flamenco vive en Gasteiz. En Barrio Viejo.
Como antesala al ciclo musical, el sexteto vitoriano se subirá el sábado 29 (20.00 horas) al tablao del teatro Jesús Ibáñez de Matauco, abriendo camino a un programa que se extiende entre el 5 de febrero y el 2 de abril con un total de cinco actuaciones. Uno más, seis, es el número de músicos que rasgan la camisa en este proyecto local, que acaba de sacar a la calle su primer trabajo discográfico, bajo el título de Con el corazón.
Barrio Viejo germina hace quince años, fruto de una unión de varios amigos envenenados por los aires flamencos. Y, casi antropológico, con sed histórica, su trabajo se vuelca en directo de una manera especial, casi didáctica, siempre fruto del sentir, esa condición única para lograr alcanzar lo más auténtico del género.
El aperitivo que Barrio Viejo ofrece dentro de dos semanas es "cantao, bailao y recitao", como recuerda el cartel de la velada, se torna homenaje a Juan Peña El Lebrijano y lleva por lema La persecución de los gitanos. A través de los pasajes del espectáculo, la formación intenta atrapar al espectador a través de un recorrido por diversos palos del flamenco, algo que ellos mismos han bautizado como flamenco al compás.
Una propuesta que funde flamenco puro y antiguo con flamenco moderno, impulsada la mezcla por la fusión que se encargan de ejercer la flauta travesera y la percusión latina. Catalizadores a los que se añaden la poesía de las letras y un baile flamenco que tratan de trasladar al público al siglo XV, en una cita que gira en torno a La persecuión de Felix Grande.
Pedro Chaparro y José de San Esteban (cantaores), Juanma Morente (guitarrista), Lourdes Villanueva (flauta travesera), Emilio Taquechel (percusión latina) y Ángel Manero Tala ofrecen sus texturas musicales al sexteto gasteiztarra, que estará acompañado en su visita al centro cívico Hegoalde por los apasionados movimientos de la bailaora Sandra Pinilla.
Una pieza instrumental será una de las principales protagonistas de la velada. Se trata de La Tarara, esa canción popular que creció en manos de artistas tan variados como Isaac Albéniz o -más apropiado en esta ocasión- Camarón de la Isla. Libres como el aire, No le temblaron las manos, A veinticino mineros o Una gitana del rastro de Madrid son otros de los temas en los que la formación vitoriana podrá mostrar la calidad de sus partituras y paladeos del género.
Bulerías, tientos, romances, tangos, tonás, seguiriyas, rumbas... Muchos serán los palos que sustentarán la actuación de Barrio Viejo, que abrirá camino a un calendario que engrosarán con el paso de las semanas Duquende, Pansequito, Mariana de Cádiz, Cancanilla de Málaga y David Lagos, muchos de ellos ya clásicos de un ciclo con público fiel. Adicto a las palmas.