LOS ANGELES. A una semana de dejar definitivamente el centro de rehabilitación en el que lleva ingresada varios meses, Lindsay Lohan ya sabe qué hara con su vida en cuando ponga un pie fuera de la clínica: desaparecer del mapa... literalmente.
La actriz será trasladada a un paradero desconocido, todo con el fin de que los paparazzis y sus fans le dejen acostumbrarse a su nueva vida con tranquilidad. Dentro de apenas una semana, la actriz Lindsay Lohan abandonará definitivamente el centro de rehabilitación que se ha convertido en su segunda casa en los últimos meses. En cuanto salga de la clínica, la artista se mudará con su madre y su hermana pequeña Ali a una residencia lejos del constante acoso de la prensa y los fans.
Tal y como explica una fuente cercana a la actriz a la web Showbiz Spy, Lohan se mudará a "un lugar secreto el mismo 4 de enero junto a su madre y hermanas. Además, también cuenta con el apoyo de todos sus amigos". Sin embargo, Lindsay deberá someterse regularmente a unas pruebas anti alcohol con el fin de demostrar que está completamente recuperada de su adicción a la bebida y a otro tipo de sustancias. "Mientras que no de positivo en ninguno de estos tests -y todos nos vamos a asegurar de que sea así- podrá exigir la libertad condicional sin supervisión", añade la fuente.
Tras sus entradas y salidas de diversas clínicas de desintoxicación y su ingreso en prisión, probablemente esta vez Lindsay se lo piense dos veces antes de volver a coquetear con las drogas