Madrid. La artista estadounidense Lady Gaga, que ha ofrecido este domingo el último concierto de su gira Monster Ball Tour en la Península, arrasó a su paso por el Palacio de Deportes de Madrid.

Este último concierto en el Estado estuvo marcado por la venta de entradas duplicadas tras ser falsificadas, lo que impidió acceder al recinto madrileño a un millar de personas, según confirmó un portavoz del servicio de seguridad.

Este hecho desencadenó momentos de tensión entre los servicios de seguridad y el público que se agolpaba deseoso de asistir al concierto de Lady Gaga, si bien no se registraron incidentes de relevancia. Al salir al escenario, recién llegada de Lisboa, la cantante neoyorquina deslumbró a los aficionados que sí pudieron acceder al Palacio de Deportes con lo mejor de su repertorio, aunando la música con una puesta en escena singular, preñada de vestidos bizarros y de performances cada vez más imposibles. De esta forma, el Palacio de Deportes se plegó ante la voz de la diva norteamericana que, con tan solo 24 años y en los inicios de su trayectoria, acumula éxito tras éxito en la gira mundial Monster Ball Tour. A lo largo de un par de dos horas, Lady Gaga se zambulló en un remolino cromático en el que reinaban, alternativamente, los colores más estridentes y los tonos más tétricos, auspiciada, en todo momento, por un séquito de bailarines al servicio de sus más nimios caprichos escénicos.

Las asociaciones de consumidores CECU Madrid y FACUA-Consumidores se han movilizado ante el fraude de la venta de numerosas entradas falsas y han pedido a las autoridades policiales y administrativas que investiguen lo ocurrido, tras recibir numerosas peticiones de ayuda de afectados. Por su parte, la Confederación de Consumidores y Usuarios de Madrid ha puesto a disposición de los afectados su correo electrónico, info@cecumadrid.org, para que les remitan toda la información de la que dispongan los usuarios, como pantallazos de las ofertas o las propias entradas, para estudiar posibles vías de reclamación. CECU ha apuntado que la venta de entradas se ha producido vía Internet en conocidos portales de reventa por precios que oscilan entre los 75 y 140 euros, aproximadamente el doble que el precio oficial. Las falsificaciones eran de buena calidad, tenían todas el mismo código y muchos afectados las habían adquirido con meses de antelación.