Vitoria. Inmersiones vuelve a poner el ojo en el arte emergente. Por tercer año, se prepara ya para bucear en todo aquello que, en estos momentos, se está realizando por parte de los artistas vascos, proyectos e ideas todavía en fase de producción que buscan ser compartidos tanto con otros creadores como con el público que se quiera acercar durante este sábado y el próximo a la sala Amárica.
Será en el marco de una iniciativa que repite la estructura de ediciones anteriores pero que, como sus antecesoras, tiene también un acento particular. Una singularidad que se reflejará en esta ocasión en tres talleres que, desde distintos puntos de vista y con diferentes lugares de partida, tendrán la reflexión crítica como hilo conductor. Todo ello bajo la coordinación de Rubén Díaz de Corcuera, que toma el relevo de Iñaki Larrimbe e Izaskun Álvarez Gainza en la tarea de llevar a buen puerto una de las apuestas más importantes dentro de la actividad del Proyecto Amarika.
Eso sí, la primera parada de Inmersiones se producirá este viernes a partir de las 19.00 horas. Allí, todos los que quieran acudir se encontrarán con A pan y agua, un curioso ágape en forma de "intervención gustativa" que, como su propio nombre indica, sólo tendrá esos dos ingredientes.
Al día siguiente, desde las 11.30 horas, llegará el momento de que los creadores tomen la palabra a través de dos vías ya casi tradicionales en esta propuesta: bien en forma de dossiers artísticos, bien cara a cara con los asistentes y de viva voz. En este último caso, los protagonistas serán Miriam Isasi, Maite Vélaz, Nerea Goikoetxea, Ander Lauzirika, Ricardo San Segundo (como comisario), Mireya Martín, Oskar Ranz, Diego Vivanco, Gonzalo Nicuesa, Lezuri Ormazabal y Fátima Urigüen.
La fórmula se repetirá el día 27, con el mismo horario, de la mano de Valentina Torres, Amaia Arrazola-Itziar San Vicente, Factoría de Fuegos, Jorge Robredo, Endika Portillo, Zaloa Ipiña, Laura Díez, Angela Losa, Zirika, Karlos Martínez, Marta Mas y Sara Paniagua.
Eso sí, según reconoció Díaz de Corcuera, en esta ocasión han acudido a la llamada de Inmersiones un menor número de propuestas, "algo comprensible puesto que hay muy pocos nombres que repitan". De todas formas, por encima de números, el comisario quiso destacar el gran abanico de propuestas tanto en formas como en fondo, una idea en la que incidió la diputada de Cultura, Lorena López de Lacalle, al recordar que "estamos consiguiendo que el tejido oculto que sabíamos que existía salga a la luz gracias a unas jornadas en las que, además, cada vez participa más gente que tiene interés intelectual".
Ahora bien, si en la primera edición suficiente se hizo con hacer realidad el proyecto y en la segunda se llevó a cabo el esfuerzo de dar a conocer fuera de las fronteras alavesas y vascas en qué consisten tanto Inmersiones como Amarika, en esta tercera se ha abierto un espacio para la reflexión que se materializará en tres talleres.
El primero, a celebrar el lunes 22, será impartido por Peio Agirre con el objetivo de que los artistas puedan mirar a su trabajo con espíritu crítico y cierta distancia. El segundo, ya el 10 de enero, estará coordinado por Mary Cuesta e intentará "especular" con el valor de la crítica tradicional. Ya el tercero, que se llevará a cabo el 19 del mismo mes, será una mirada a Inmersiones, colocando al propio programa en el centro del análisis. En principio, la idea es publicar también las reflexiones de estos encuentros dentro de una nueva línea editorial del Proyecto Amarika.
Esta tercera edición terminará con la presentación de una obra musical por encargo que todavía está por determinar, "un intangible más", aseveró Díaz de Corcuera, otro ejemplo como el de Álvarez Gainza, de cómo Inmersiones se alimenta así mismo.